Luis Puenzo: “Si se quita el canon, el Incaa desaparece”

El ganador del Óscar por La historia oficial habló sobre los peligros que se encierran tras la crisis en el Instituto Nacional de Cine. El ministro Avelluto niega que vaya a reducir el fomento al arte

La jornada del lunes siguió levantando temperatura en el conflicto que afecta al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) y que puso en pie de guerra a toda la comunidad cultural argentina, la cual avizora una política de recorte del financiamiento a la producción nacional, y por consiguiente una pérdida de trabajo que afectaría a decenas de miles de argentinos.

Se esperaba que el ministro Pablo Avelluto junto con Marcos Peña anunciaran nuevos movimientos en la cúpula del Instituto Nacional de Cine, ya que, como contamos en ediciones anteriores, se presentó la renuncia obligada de Alejandro Cacetta y posteriormente se nombró a su vice, Ralph Haiek, al frente del organismo. Sin embargo, finalmente no hubo ningún movimiento. 

Al respecto habló Avelluto y, entre sus frases más salientes, comentó que “en ningún punto el Gobierno reducirá el fomento cinematográfico”, y agregó: “Uno de los errores de Cacetta fue confundir que el Incaa era de la industria cinematográfica y no del Estado”, y concluyó: “No hay ningún interés en que se cambie la ley de cine”.

Ese último punto es el que más preocupa al colectivo cultural, que ayer se reunió para realizar una asamblea frente al edificio del Instituto. Allí estuvo el cineasta Luis Puenzo, ganador del Óscar por La historia oficial en 1986, una de las voces que más se alzaron en los últimos días. El director advirtió que, entre otras medidas, “el Gobierno pretende eliminar el 10 por ciento que el público paga con las entradas y quitarle el canon que tributan los grandes medios al Estado. Es un gran negocio. Si se quita esto, el Incaa desaparece. La razón de ser del instituto es administrar el fondo de fomento”. Además, agregó: “Este Gobierno quiere regalarle el dinero a los grandes me­dios, como Canal 13, que debería pagar por usar las señales que son del país. Deben terminar con estas operaciones mafiosas, como las que hicieron Alejandro Fantino y Eduardo Feinmann, para sacar a un funcionario en el que creemos”. 

En este sentido, Federico Ambrosi, director del Festival de Cine Latinoamericano de La Plata (Fesaalp) coincidió con Puenzo y, en diálogo con Hoy, afirmó: “La pelea de fondo es para que no se intervenga en los fondos que se derivan del 10 por ciento de las entradas del cine y de un impuesto que pagan los cables operadores. Se está peleando por eso y por la visibilidad de esa lucha con la idea de que no se imponga que con la plata del cine se van a hacer más hospitales o se va a financiar la educación pública, porque el Incaa se autofinancia”.

El descargo de un acusado

Otro que habló fue Pablo Rovito, el rector elegido por concurso público de la Enerc, la escuela de cine que depende del Incaa, quien renunció a su cargo en un acto ante los trabajadores y alumnos de la casa de estudios. “Me quedé cuando cambió el gobierno porque 

Alejandro (Cacetta) me lo pidió, y pudimos hacer los trabajos de abrir otras sedes y ampliar la existente. Ante su salida, esa posibilidad se aborta. El problema más complejo es que a mí se me acusa de haber gastado ocho millones de dólares en hacer una obra que dicen que no se hizo, y que en realidad se hizo. Pero no manejé nunca ese dinero (...) ¿Cómo me voy a quedar si un vicepresidente que manejó los fondos no se va junto al presidente y tampoco aclara que yo no tengo nada que ver?”, expuso Rovito.

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