ENTREVISTA EXCLUSIVA CON ALEXANDER SKARSGÅRD

“Me atrajo instantáneamente esta dualidad de hombre y bestia que representa Tarzán”

En diálogo con Hoy, el actor nos adelanta todo sobre la superproducción La leyenda de Tarzán, filme dirigido por David Yates (Harry Potter) que se estrenará el próximo jueves en los cines argentinos

Para el espectador distraído el nombre de Alexander Skarsgård puede sonar desconocido, pero el actor sueco de 39 años viene de un gran linaje de intérpretes y  brilló en la pantalla chica con series como True blood y Generation kill (ambas para HBO).

Skarsgård es el más reciente descubrimiento de Warner Bros. en la nueva versión de La leyenda de Tarzán, una superproducción que estrenará el próximo jueves en Argentina. Desde un coqueto salón del Hotel Alvear de Buenos Aires, Alexander –taza de té en mano- respondió las preguntas de este medio, que tuvo en exclusiva un vistazo de la película dirigida por David Yates (director de los últimos cuatro filmes de Harry Potter) que además protagonizan grandes del cine como Christoph Waltz (Leon Rom) Margot Robbie (Jane) y Samuel L. Jackson (George Washington Williams).

—¿Dudaste sobre interpretar este rol teniendo en cuenta que podía ser un papel bisagra en tu carrera?

—No, estaba tan entusiasmado porque soy un fan de Tarzán desde que era muy chico. Mi papá, quien también es actor, creció en un pequeño pueblo en Suecia e iba a ver las películas de Johnny Weissmüller todos los sábados en la matiné. Así, yo conocí y me enamoré de Tarzán, porque mi papá quería mostrarme a su ídolo e íbamos a ver las viejas películas juntos.

Supongo que pudo ser intimidante porque es una gran película, y yo he hecho más que nada cine independiente. Pero estaba muy entusiasmado cuando leí el guión porque pensé que era una introducción muy interesante, a pesar de que es un personaje icónico. No es el “hombre mono” al que conocés, sino al hombre que toma té con el primer ministro, y eso es distinto a las más de cien películas que se hicieron sobre la historia (creada por Edgar Rice Burroughs) porque el viaje es inverso: en vez de que sea el “hombre mono” que regresa a la civilización, empieza en Londres como Lord Clayton, un aristócrata que fue criado por monos.

—¿Cómo te diferenciaste de otros actores que interpretaron a Tarzán?

—Aunque crecí viendo las viejas películas con mi papá, traté de alejarme de ellas y no compararme con los otros actores que interpretaron a Tarzán como Christopher Lambert y Weissmüller. Creativamente iba a ser mejor para mí empezar desde cero y solo trabajar desde el guión para descubrir qué me parecía interesante del personaje. Me atrajo instantáneamente esta dualidad de hombre y bestia que Tarzán representa(...) pese a que él quiere dejar al animal adentro, las capas comienzan a caerse y se convierte en el que siempre fue, Tarzán. Yo siento que se relaciona conmigo porque todos tenemos esa capa de civilización, esa dicotomía, pero también esos instintos básicos que en algún momento salen.

—Tarzán era el héroe de la infancia de tu papá, ¿qué opinó sobre la película?

—Hace unos días tuve la premiere en Estocolmo y fue una noche que nunca voy a olvidar. Fue muy emocional, mi papá no había visto la película, y volver a mi casa y sentarme junto a él,  verlo mirar la película con el héroe de su infancia, todo eso fue increíble. Una larga noche de fiesta.

—La cinta está dirigida por David Yates, su primera superproducción alejada del mundo de Harry Potter, ¿cómo fue trabajar con él?

—David ya probó que puede hacer grandes películas, emocionantes y con mucha aventura pero también soy fanático de su trabajo previo, las cosas que hizo para la televisión británica, por ejemplo. Tener un director que se ocupa de las relaciones y de los personajes para mí es muy importante. David estaba tan interesado en el personaje de Tarzán y en su relación con Jane, se preocupaba tanto por eso como por las escenas de acción, y para mí es lo que tiene que tener una gran superproducción: sustancia en cuanto a los personajes, el espectador se tiene que conectar con ellos. David es un hombre inteligente y sensible, que capturó eso a la perfección.

—¿Cómo fue trabajar con Samuel L. Jackson y Christoph Waltz siendo dos personajes antagónicos?

—Me emocioné mucho porque nunca trabajé con ellos antes y estaba muy honrado. Después te olvidás de que estás sentado al lado de estos actores tan icónicos, como Jackson y de Waltz, que fue dos veces ganador del Óscar. Ellos son muy normales y estaban genuinamente interesados en el proyecto, no son intimidantes. Fue muy grato compartir con ellos, y obviamente muy divertido verlos trabajar en sus escenas.

—Primero vampiro, ahora rey de los monos, ¿cuál es el próximo desafío?

—(Risas) Seguramente voy a interpretar a un mudo.