“Me impactó que El mundo de Beakman fuera tan popular en Latinoamérica"

Paul Zaloom, protagonista de uno de los programas infantiles estadounidenses más recordados de los 90, dialogó con este medio sobre el impacto que tuvo su show en toda una generación

A la hora de pensar en la televisión educativa, uno de los programas más vistos por los niños durante la década del noventa fue El mundo de Beakman, donde Paul Zaloom  interpretaba a un científico que se encargaba de llevar a cabo experimentos y enseñar a los televidentes de qué manera podían realizarlos.

Durante los episodios, Beakman era acompañado por un hombre disfrazado de rata, Mark Ritts, un titiritero amigo de Zaloom que falleció de cáncer en el año 2009. “Lo extrañamos demasiado, tenía un talento enorme”, afirma Paul sobre su colega.

—¿Cómo se originó el programa?

—Está basado en el cómic de Jok Church, You can with Beakman and Jax (Vos podés con Beakman y Jax), que se publicó en los diarios americanos por muchos años. El programa se creó en 1991, y los 91 episodios que filmamos se vieron durante mucho tiempo en Estados Unidos. Además, al menos otros 25 países transmitieron el show. 

Cuando me invitaron a México, hace unos años atrás, me impactó enterarme que el programa fuera tan popular en Latinoamérica. No tenía idea, y fue una gran sorpresa. Muchas veces me pregunté cómo el humor y la forma de El mundo de Beakman alcanzaron a la sensibilidad latina

—¿De qué manera llegaste a participar?

—Me contrataron para actuar como Beakman, aunque siempre fui titiritero. Alguien de mi profesión lo único que tiene que hacer para convertirse en actor es guardar la marioneta y convertirse en ella. Durante el período de creación de El mundo de Beakman, me ofrecí para ayudar a inventar el show. Nunca recibí el crédito (ni me pagaron) como creador, pero eso fue lo que hice. Pensé que sería divertido estar en el proceso creativo desde el comienzo, y nunca me importó que no me pagaran por esa parte del trabajo. Después de todo, el dinero no lo es todo. 

—¿Qué significó para vos ese papel?

—El personaje creció con el tiempo y todos en el gran equipo de Beakman nos volvimos mejores en lo que hacíamos. Todo el staff era notable en su dedicación y creatividad. Todos concuerdan en que fue el mejor trabajo que alguna vez tuvieron, y creo que eso se veía en el cotidiano. Fue muy divertido, lo aseguro.

—¿Te reconocían en la calle?

—Nunca nadie me reconoció en la calle, por la peluca y eso. Igual, me parecía algo bueno. Me gustaba no ser nadie. Me da pena la gente que es reconocida todo el tiempo, qué molestia, ¿no? De todas formas, Beakman fue y será una gran bendición en mi vida.

—¿Alguna vez pensaste convertirte en actor de series o películas?

—Nunca me interesó ser actor. Ser titiritero es más interesante para mí, porque puedo escribir el show, diseñarlo y llevar a cabo todas las partes… ¡megalomaníaco! 

—¿En qué estás trabajando estos días?

—Actualmente estoy haciendo una gira con mi show de títeres para adultos, Las aventuras del hombre blanco, una sátira sobre (alerta de ironía) la gloriosa historia del macho caucásico. En mayo, el show va a estar durante tres noches en un festival de marionetas en Lisboa, después viajaré a Tallinn, Estonia, para otro evento. Me dedico a los títeres desde que tengo 19 años y desde entonces hago sátiras políticas.

Además, estoy haciendo gira con mi show en vivo de Beakman por Estados Unidos y Latinoamérica, con espectáculos para chicos y familias, en Norteamérica, y para adultos que crecieron con el programa en Latinoamérica.

Las ganas de visitar y conocer la Argentina

Si bien muchos personajes televisivos han pasado por el país, no fue el caso de Paul Zaloom, quien, a pesar de ser reconocido por los jóvenes que vivieron su infancia durante los noventa, no tuvo la oportunidad de visitar la Argentina. Sin embargo, todo parece indicar que esta situación está muy cerca de cambiar.

—¿Qué chances hay de que vengas al país?

—Me contactaron desde un evento, el Nerdear, y me preguntaron si estaba interesado en viajar a Buenos Aires para actuar. Por supuesto que dije que sí. Nunca estuve en la Argentina y me encantaría ir. No es un trato que se haya cerrado, pero estoy esperando que se confirme el acuerdo.

—¿Qué conocés de nuestra cultura?

—Estoy familiarizado con la obra de Delesio Antonio Berni, soy fanático de sus compañeros “realistas sociales” de los Estados Unidos, y me gustaría ver su trabajo mientras estoy en Buenos Aires. Tengo un conocimiento muy superficial de una parte de la historia de la Argentina, particularmente la referida a Perón y la Junta Militar de los 80, por supuesto, la guerra con Inglaterra, y los hechos políticos subsiguientes. La historia de la Argentina no tiene nada de aburrida.

Prueba relámpago de historia 

En el marco del diálogo con diario Hoy, Paul Zaloom se definió como un titiritero especialista en sátira política. Por eso, aunque dejó muy en claro que sus conocimientos sobre la historia argentina son limitados, demostró que se mantiene bastante informado en la materia.

—¿Cuánto sabés de historia argentina?

—No quiero que piensen que me creo un experto en su historia. Recuerdo que Juan Domingo Perón era muy popular con la clase trabajadora y los pobres. Su primera esposa, Eva, murió joven en los 50, creo, fue muy venerada, madonizada, etcétera. 

Cabe destacar que Zaloom, desde su perspectiva, sostiene que “la historia de todos es complicada. “Miranos a nosotros (los norteamericanos). En el mejor país en la historia del mundo. No conozco a nadie que diga eso y tenga idea de lo que está hablando. ¿Estuvieron en todos los países del mundo a través del tiempo? ¿O leyeron los libros de historia? ¿Y qué significa ser el mejor?”, concluye.

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