“Mi hermana me influyó para que eligiera ser actor”

En diálogo exclusivo con este medio, Juan Manuel Artaza habló sobre su familia y los comienzos en la escena independiente

Es hijo de uno de los humoristas más reconocidos del país. Sin sentir el peso de esta herencia, Juan Manuel Artaza transitó un camino destacable en la actuación.

Mientras estudiaba la Licenciatura en Relaciones Públicas en la UADE, comenzó a tener otras inquietudes e inició sus clases de teatro con Julio Chávez. En ese entonces, Sabrina, su hermana mayor, dejó los estudios de Periodismo para dedicarse a la comedia musical. Tomándola como ejemplo, el intérprete finalizó su carrera universitaria, se animó a subirse a los escenarios y se dedicó de lleno a trabajar en diversas producciones del teatro under. 

Durante una entrevista con este medio, Juan Manuel se expresó sobre la influencia familiar en su carrera, el recorrido artístico que ha realizado hasta el momento y los proyectos pendientes en el ambiente. También habló sobre Chicos católicos, apostólicos y romanos, la obra que protagoniza junto con un gran elenco en Carlos Paz.

—Tu papá y tu hermana son actores, ¿cuánto influyó la familia en tu amor por el arte?

—La influencia familiar tuvo mucho que ver. Con la experiencia y el trabajo te das cuenta de que vas incorporando lo que veías. De a poco fue metiéndose “mi actor” en mí. Pero el punto de inflexión fue cuando mi hermana se subió a los escenarios, dejó lo que estaba haciendo para dedicarse a la actuación y se ganó su propio lugar. Además, en ese sentido, el ver tan feliz a Sabrina me influyó muchísimo. Aun así, mi mamá siempre dice que desde chico tendría que haber sido actor, pero terminé empezando de grande. 

—¿Cuál es la trama de la obra? ¿Qué personaje es el que interpretás?

—Chicos católicos, apostólicos y romanos se trata de un grupo de alumnos de 5º grado B que van a tomar la primera comunión. Es un curso de chicos de una escuela católica y sucede que recepcionan los preceptos de la religión de forma muy literal. Los chicos toman a rajatabla las enseñanzas sobre Dios, y en una clase de educación sexual tienen aprendizajes, pero solo como lo harían en una escuela religiosa. En ese momento comienzan a confundirse, a divagar y a no entender ciertas cosas. Lo que llegan a comprender lo hacen con sus mentes de niños, porque no hay que olvidar que eso es lo que son. 

Mi personaje se llama Elvidio, es el más ingenuo de todos. Todo lo que le digas, él lo va a creer. Lo caracterizo un poco más border, pero es un chico bueno y crédulo. Es hermoso y siento que se trata de un personaje que cae como anillo al dedo. 

El elenco está integrado por Nicolás Garnier, Matías Shrank, Marcos Gianoli, Emiliano Santa Cruz y yo. La dirección es de Carlos Kaspar y el texto es de Juan Pablo Paya. Es una obra muy divertida que busca que la gente se ría cada cinco minutos.

—¿Dónde se presentó?, ¿harán temporada este 2017?

—Esta pieza teatral estuvo seis años en cartelera con otro elenco y ahora se renovó el staff con una nueva generación. 

Es un material que gusta porque se estrenó en el under, estuvo en el Metropolitan, en plena calle Corrientes y le fue muy bien. 

Además, tuvo una buena recibida por parte  del público, que no para de reír y aplaudirnos. Es un placer estar en esta obra y ver cómo la gente se divierte. 

Ahora nos vamos a Carlos Paz, al teatro Melos, a partir del 23 de diciembre, con funciones de miércoles a domingo a las 22. Los días martes haremos gira por las sierras cordobesas y todos sus lugares cercanos, durante enero y febrero. Para mí es una experiencia nueva porque nunca antes hice temporada y estoy muy feliz. 

—¿Tenés proyectos pendientes?

—Hice muchísimo teatro, lo disfruté porque siento que es lo que más se disfruta y el mayor aprendizaje. De igual forma quiero tener la experiencia de estar horas enteras en un set de filmación, grabando y experimentando. Por ahora, eso es lo que me falta.

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