“Mi meta es que me reconozcan como artista”

Alejada de las plumas, Mariquena Cornejo, quien se hizo conocida como la “prima” de Jésica Cirio, abandonó el país e inició una fuerte carrera actoral en México

Nacida en Rojas, Mariquena Cornejo siempre fue una amante de la danza y las pasarelas. En búsqueda de sus sueños, decidió instalarse en Buenos Aires, donde trabajó en una agencia de modelos, propiedad de Leandro Rud. Allí, compartía el espacio laboral junto con Jésica Cirio. Ni lerdo ni perezoso, el hábil mánager aprovechó el parecido físico entre las jóvenes y armó una estrategia mediática: hizo circular la falsa información de que las muchachas eran primas. En ese momento, ambas protagonizaban las noticias de la tarde y todos salieron favorecidos con la mentira piadosa. 

Así, la farándula argentina conoció a la incipiente intérprete, quien protagonizó tapas de revistas eróticas, algunas obras de teatro como Excitante y la novela adolescente Esperanza mía. 

De esta manera, Mariquena tuvo un vertiginoso ascenso en los medios y una misteriosa salida. Dicha situación se debió a un problema de salud, ya que la rubia sufrió algunas complicaciones en su columna vertebral. Después de ocho meses de intenso tratamiento médico, la joven retomó el modelaje y comenzó a asistir a clases de teatro dictadas por Lito Cruz.

En la actualidad, la artista disfruta de su soltería y se encuentra instalada en México, destino que eligió para continuar con su formación actoral e incursionar en talleres de dirección. 

En una entrevista con este medio, la actriz habló de su trabajo en el país azteca y de sus expectativas a futuro. 

—Te iniciaste como modelo y vedette para luego hacer un cambio en tu perfil mediático, ¿a qué se debió esta decisión?

—Nunca me gustó ese costado de la farándula porque soy una persona a la que le afectan mucho algunas cosas, pese a que estuve y conozco a mucha gente. Viví varios momentos incómodos, pero se trata de bancársela. 

—Cuando tu carrera comenzó a crecer y tuviste cierta notoriedad pública, decidiste dejar la Argentina, ¿por qué te fuiste a trabajar a México?

—Hace mucho tiempo que tenía ganas de probar suerte en este país y hoy es una meta cumplida. Hice cosas muy lindas en Argentina y terminé con Esperanza mía, que fue otra expectativa realizada. Estoy súper contenta. Sin embargo, como soy muy inquieta y ya estaba necesitando experimentar en otros lugares, decidí irme. 

En México la parte artística está muy desarrollada, se está filmando muchísimo y, hoy por hoy, hay gente de todo el mundo. Tampoco sé si será el único país que visite. ¡Espero que no! 

—Ahora que estás instalada, ¿en qué te gustaría trabajar?

—Quiero hacer series y cine, porque en los últimos años me estuve entrenando en eso. Siempre tengo metas nuevas, ya que así es esta carrera y así soy yo. Estudiar dirección también sería un sueño cumplido. Mi meta es que me reconozcan como artista. 

—¿Cuál es tu situación sentimental?

—Estoy sola desde que me separé, hace cuatro años. No pude volver a estar con nadie. Es difícil también por la vida del artista y del que viaja, pero seguro que en algún momento se dará, y me encantaría que así sea. 

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