Mirta Busnelli, la estrella detrás de la sonrisa

La consagrada artista, dueña de una impronta exquisita, habló sobre su carrera artística, la fama obtenida y la obra teatral que protagoniza

Dueña de una simpatía inigualable, su calidez y buena energía la convierten en una “encantadora de leones”. Mirta Busnelli es una actriz que no se maquilla en exceso ni ostenta una lujosa vestimenta. Por el contrario, ella irradia un luz propia, no se luce por lo que aparenta sino por lo que es capaz de crear sobre cualquier escenario: transitó territorios diferentes y dimensiones disímiles a tráves de sus interpretaciones en televisión, teatro y también en el séptimo arte. 

Fuerte y poderosa, ella es independiente y no necesitó de un otro para caminar por la vida, y mucho menos para llevar adelante un hogar. Desde hace años está divorciada de Axel Pauls, productor de cine, con quien tuvo a Ana, su única hija. Además, la artista es militante de las buenas relaciones y así lo aplica con su exmarido, con quien mantiene un cálido vínculo. 

El cineasta es padre de otras figuras reconocidas en el ambiente como Christian, Alan, Gastón y Nicolás Pauls. 

En una entrevista íntima con este medio, Busnelli habló sobre su actual proyecto laboral y recordó las anécdotas con el público. 

Érase una vez

Nacida en Buenos Aires en el seno de una familia de clase media, desde su niñez se sintó atraída por la danza y la actuación. Cuando terminó el secundario, hizo un breve recorrido por la carrera de Psicología, pero se aburrió. Así comenzó a estudiar Teatro.

Hoy es una de las actrices más versátiles de la escena nacional. Gracias a su talento, se desempeña en diferentes géneros con destacada soltura.

—A la hora de aceptar alguna propuesta laboral, ¿qué es lo primero que analizás?

—Me involucro en proyectos que me gustan. Aquellos que van a significarme un momento grato. Ahora estoy concentrada en disfrutar de la vida, de no enloquecerme con miles de actividades porque también quiero tener tiempo libre, estudiar Filosofía y algunos idiomas. Prefiero entregarme de lleno a un solo compromiso y transitarlo. Por ejemplo, estoy en Animales nocturnos, una obra polémica e inten­sa, que siempre quise hacer. Comparto elenco con Horacio Peña, que es mi amigo de toda la vida . Más no puedo pedir.

—¿Qué mirada tenés sobre la televisión actual?

—No miro televisión porque a esa hora suelo estar en el teatro. Sin embargo, no significa que no haya producciones interesantes. Guapas y Viudas e hijas del rock and roll me gustaron mucho. Participé de Educando a Nina y me sentí tan cómoda que estoy analizando el hecho de regresar, pero siempre con pequeños roles, porque no quiero estar doce horas encerrada en un estudio de grabación.

  —¿Te incomoda ser reconocida?, ¿cómo te llevás con la fama?

—Es una sensación ambivalente. Hay momentos en que hago un trabajo y a la gente le gusta, y es una experiencia maravillosa, esa reciprocidad es difícil de explicar. Recibís buenas devoluciones y comenzás a enlogosinarte. La fama es un espejismo, es la ilusión de un ser, que es uno mismo, que es querido y admirado por todo el mundo.

—¿Qué anécdota graciosa podés contarnos sobre tu relación con el público?

—Estaba en Mar del Plata haciendo una temporada de teatro. Fui a una plaza a buscar a mi hija y una señora me saludó. Después me pidió una ayuda económica y yo no tenía la billetera encima. Le dije que esperara y me respondió, de mala forma: Mirá que no vas a tener plata, Cipe Lincosvky. Cuando voy a la costa, siempre recuerdo ese suceso y me muero de risa.

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