“No tenía idea del fenómeno en el que Gremlins se iba a transformar”

Joe Dante, el cineasta que dio vida al filme de las extrañas criaturas, dirigió a grandes estrellas como Tom Hanks y Carrie Fisher. En una entrevista exclusiva con este medio, habló sobre su trabajo y la devoción que desde chico tuvo por el género de la ciencia ficción

Hablar de Joe Dante es referirse a uno de los clásicos filmes de la década de los ochenta, Gremlins, que al día de hoy sigue siendo recordado gracias a las particulares criaturas que lo protagonizaban. En 1984, Steven Spielberg se anotaba como productor ejecutivo de esta inolvidable maravilla de la ciencia ficción en la que a un niño le regalaban un extraño animal (Gizmo) que bajo ningún punto de vista podía ser alimentado después de la medianoche, que no podía mojarse y era intolerante a la luz. Tiempo después, en el año 1990, el cineasta estuvo a cargo de una segunda entrega con la que finalizó, por ahora, la saga de los Gremlins.

Claro que para los mayores fanáticos del cineasta, que siguen su carrera en la pantalla grande sin perderse ningún detalle, Joe Dante también es sinónimo de películas como S.O.S. vecinos al ataque (1989), en la que actuaron Tom Hanks y Carrie Fisher, y Los exploradores (1985), en la que Ethan Hawke (Boyhood), con apenas 15 años, se inició en la actuación, y que también contó con River Phoenix (Indiana Jones) en su elenco.  Pero de algo hay que estar seguros: Dante y la ciencia ficción van de la mano.

En diálogo con diario Hoy, el director repasó su carrera y hasta habló de lo cerca que estuvo de trabajar en Batman y Jurassic Park.

—Uno de tus primeros proyectos fue Piraña (1978), ¿la considerás una película de culto?

—Hubo varias cintas que derivaron de Tiburón (1975), de las cuales una fue Piraña, que está considerada entre las mejores. A pesar de las recientes remakes (reversiones) y sus secuelas, la original sigue teniendo muchos seguidores.

—Tiempo después fue el turno de Gremlins, una gran obra, ¿esperabas el impacto que tuvo?

—Nadie, especialmente yo, tenía alguna idea del fenómeno en el que se iba a transformar. De repente, hasta estuve cerca de tener una tapa en la revista Times. Estábamos, literalmente, inventando la tecnología a medida que hacíamos la película, así que fue muy difícil llevarla adelante. Sin embargo, valió la pena.

—Estuviste cerca de dirigir la segunda película de Batman, que terminó en manos de Tim Burton, ¿qué pasó?

—Me ofrecieron hacerla en 1984, justo después de dirigir Gremlins, pero estaba más intrigado en el personaje del Guasón, así que me disculpé y dije que no quería. Tenía a John Lithgow (3rd rock from the sun, Shrek) en mente para   que interpretara ese papel.

—También se rumoreó tu nombre para hacer Jurassic Park, ¿pudiste haberla dirigido?

—Fui uno de los cuatro directores que Michael Crichton (el autor de la novela y del guión adaptado) contactó para hacer Jurassic Park. El más famoso de todos esos (Steven Spielberg) fue el que se quedó con el trabajo.

—¿Cómo fue dirigir a Kirsten Dunst en Pequeños guerreros?

—Kirsten Dunst era un encanto, igual que Stan Winston e Industrial Light Magic (las dos empresas que desarrollaron los efectos visuales y gráficos). Técnicamente, fue complicada de hacer. Con respecto al filme, me gustaba la idea de que los chicos estuvieran expuestos al concepto de que solo por el hecho de usar un uniforme no te convertís en una buena persona, así como tener una apariencia extraña o excéntrica tampoco te hace malo.

—¿En qué estás trabajando actualmente?

—Hoy en día, los cineastas tenemos que hacer malabares entre varios proyectos, con la esperanza de que vamos a poder conseguir fondos para realizarlos. Todavía estoy persiguiendo esos objetivos para hacer Labirintus y The man with kaleidoscope eyes (en la que actuará Bill Hader), así como también trabajo en otros títulos.

—¿Qué significa para vos la ciencia ficción?

—Crecí con la ciencia ficción de los años 50, que me enseñó a cuestionar a la autoridad y tener un sano escepticismo sobre el poder atómico. Muchas de mis películas favoritas son de esa rama, que han dejado de ser obras de género de bajo presupuesto para transformarse en éxitos comerciales.

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