“Nuestra farándula es un gran cambalache”

Con 30 años de trayectoria, Daniel Gómez Rinaldi está vigente en los magazines más reconocidos y es adorado por las divas de nuestro país

Nacido y criado en San Martín, Provincia de Buenos Aires, Daniel Gómez Rinaldi siempre supo que quería ser periodista. Es más, recuerda que “mientras cursaba sexto grado ya había elegido esta carrera”. Cuando finalizó el secundario, el muchacho optó por estudiar en la Escuela Superior de Periodismo, la misma que fue elegida por Magdalena Ruiz Guiñazú en otro momento histórico. 

Con el fiel apoyo de su familia, el comunicador construyó una certera carrera y logró mantenerse vigente en los medios de comunicación a través de participaciones en diferentes programas. Además, en 2013 editó Los ojos más lindos del mundo, su primer libro, basado en Amelia Bence, la emblemática actriz de nuestro país.

Durante una entrevista con este medio, Daniel se expresó sobre sus inicios y la actualidad laboral. Además, habló sobre los límites a la hora de ejercer la profesión y los proyectos pendientes.   

—¿Qué mirada tenés sobre la farándula argentina?

—Nuestra farándula es un gran cambalache. Tenemos a Ricardo Darín y a Vicky Xipolitakis. Pero por suerte eso lo hace divertido. Me gusta ir a ver los espectáculos, comentarlos, y me divierte contar con humor determinados disparates de los mediáticos.

—¿Cómo será este año en cuanto a lo laboral?, ¿tenés proyectos pendientes?

—Por el momento, seguir con el cuarto año de Qué mañana, mi programa semanal que sale por Canal 9, y los fines de semana en Implacables, por la misma señal. Además, tengo una chance para hacer radio y está la futura publicación de mi segundo libro. Éste se basará en mi colección de azulejos antiguos de principios del siglo pasado. Gracias a eso, me invitaron a mostrarlos en un museo de Capital Federal.

Por otra parte, desde Estados Unidos, hay una propuesta para incursionar en un proyecto original que combinará moda y espectáculo. A su vez participo en dos fundaciones solidarias, una de ellas ayuda en la lucha contra el cáncer, y otra se dedica a trabajar con personas con capacidades diferentes.             

—Después de tantos años en el medio, ¿cuál es el vínculo que construiste con el público?

—Es fantástica. No solo nos esperan a la salida del canal o cuando vamos a un teatro. Lo corroboro todos los días cuando viajo en subte, en tren y me traslado por toda la capital. La gente es muy cálida conmigo y me pregunta de todo.

—¿Existen los límites a la hora de informar?, ¿cómo te relacionás con tus fuentes?

—Claro que tengo límites. Lo supe desde que empecé. Me dije a mí mismo que nunca hablaría de enfermedades o sobre la orientación sexual de los famosos, salvo que ellos lo confiesen. ¿De qué sirve dar a conocer que tal actor es gay si le podés arruinar la carrera de galán? ¿Qué es lo positivo de contar que fulana padece tal enfermedad y por eso no la contrata nadie? Hay que ser muy malvado para hacer algo así.

Por supuesto que filtro muchas cosas, de esta manera quedan para mis íntimos y para mí. Las fuentes son múltiples: desde un fotógrafo, portero, agente de seguridad, un familiar o un amigo que vio determinada situación, hasta los mismos famosos, que te llaman para ha­blarte sobre sus intimidades, las personas a las que odian y los escrachan. Muchas veces los artistas me agradecen que los haya consultado por un chimento o una información y me cuentan su versión de la historia. A menudo ellos son mi mejor fuente de información.  

—¿Qué anécdotas sobre la farándula podés contarnos?

—A lo largo de 30 años de profesión tengo muchas anécdotas con los famosos. Puedo nombrar mis viajes para cubrir actividades de Susana Giménez  tanto en el exterior como en el norte de nuestro país. Más precisamente a Purmamarca, Salta, cuando entre un numeroso grupo de periodistas ella decidió darme una entrevista exclusiva por mi manera de comportarme. 

También puedo recordar que en uno de los últimos viajes que hice a Estados Unidos, David Hasselhoff (El auto fantástico y Baywatch) me preguntó por Emilio Disi. También cuando conocí a Jaclyn Smith, mi ídola, una actriz de Los ángeles de Charlie, la serie televisiva.     

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