Pedro Aznar: “Esta noche, La Plata va a tener una primicia absoluta”

Junto a su banda, el exSeru Girán vuelve a la ciudad para repasar su trayectoria y estrenar temas del disco que editará “el año próximo”, anticipó a Hoy

Tiene de acompañar a Joan Manuel Serrat en su gira Antología desordenada y de tocar en el Lollapalooza, el festival itinerante más importante del mundo que el mes pasado tuvo su segunda edición argentina. Allí, al aire libre y desde un escenario anclado en la inmensidad  del Hipódromo de San Isidro, se lució con sus solos de bajo y su notable voz, poniéndole el sello local a un evento que se caracteriza por elevar a artistas de habla inglesa. “Es uno de los festivales más prestigiosos del mundo, y un escenario de esas dimensiones requiere que lo pises con una seguridad neta. Me sentí muy bien tocando allí, y la gente lo disfrutó”, celebra Pedro Aznar, en diálogo exclusivo con Hoy.

Esta noche, el lugar será otro, más íntimo. Desde las 21, el músico se presentará en el Teatro Coliseo Podestá  (10, entre 46 y 47) con un concierto que distará de aquel show A la carta (las canciones fueron elegidas por el público) que dio el año pasado. “Ahora no-sotros elegimos qué tocar. Podría llamarse La casa recomienda -se ríe-. Vamos a incorporar temas que hace mucho no tocamos, y la novedad principal es el estreno de algunos que conformarán el próximo disco. Estoy en plena composición y La Plata va a tener la primicia absoluta”, anticipa el exSerú Girán, que días atrás fue artista invitado de Serrat en el Teatro Argentino.

¿Cómo preparaste este show?

Armo cada recital como un escritor ordena un libro, o un director de cine edita su película: hay una historia para contar, y hay que encontrar la mejor forma de comunicarla. En ese relato puede haber de todo: momentos de entusiasmo y de profunda reflexión.

¿Te sorprende la diversidad de generaciones que asisten a tus conciertos?

¡Me honra! Es muy lindo ver esa variedad de gente. La gente de más edad conoce mi trabajo desde hace muchos años, y estuvo allí cuando se estrenó, es una fidelidad de toda una vida, muy emocionante. Y los más jóvenes encarnan la espontaneidad del que encontró esa música mucho después de que fuera grabada, y se acercan con un entusiasmo contagioso. Algunos me cuentan que empezaron a dedicarse a la música después de escuchar algún disco o concierto mío. Es el mayor regalo que me pueden hacer.

Ese público fue cosechado a lo largo de una trayectoria amplia, casi inabarcable, que es necesario destacar: a los 7 años escuchó a Los Beatles y decidió que quería ser músico; a los 9 comenzó a estudiar guitarra clásica, a los 14 su bajo ya sonaba en la banda argentina de jazz rock Madre Atómica; a fines de los ’70, en Brasil, conoció a Charly García y junto a David Lebón y Oscar Moro formaron la influyente Serú Girán -“una banda que tenía y tiene hondura. No era ‘el sabor de la semana’, ponía en juego valores y conceptos grandes, perdurables, universales. Eso nunca caduca”; en 1982 quiso despegar como solista -lo hizo con un disco homónimo-, pero el guitarrista estadounidense Pat Metheny lo escuchó, lo requirió para su grupo y hacia allí fue como multiinstrumentista, hasta que a mediados de los ’80 -entre colaboraciones con Charly, Luis A. Spinetta, Gustavo Cerati y hasta con Roger Waters- se dedicó por completo a su obra en solitario. Su disco en vivo Mil noches y un instante es el último registro de esta etapa, un material que repasa buena parte de su trayectoria hasta desembocar en Ahora (2012), su más reciente álbum de estudio

¿Estás preparando algo nuevo, sentís la necesidad de hacerlo?  

Hacer un disco es como publicar una novela, un trabajo que requiere una concentración y una dedicación muy absorbente, son meses de labor intensiva. Pero siento la necesidad creativa, por lo que vamos a empezar a grabar este año, y seguramente lo lanzaremos en marzo o abril del año próximo.

Al mirar hacia atrás, la carretera de Aznar es larga: desde que escuchó Revolver, de Los Beatles, su amor por la música creció como una bola de nieve.

Si pudieras viajar en el tiempo, ¿qué le dirías a aquel niño que fuiste? ¿Qué fotografía destacarías de ese trayecto y dónde hubieras congelado el tiempo? 

Sé que no lo reprimiría de nada, ya que el viaje tiene que ser espontáneo: hay peligros, momentos de incertidumbre, dudas y fracasos, a veces en mayor proporción que los éxitos y las alegrías. Pero es un camino único, enriquecedor y colmado de pasión. Sólo le diría: ‘Ah, ¿querés ser músico? ¡Excelente elección!’ En cuanto al tiempo, prefiero no congelarlo en ningún momento: somos un río, agua que si no fluye, se estanca y muere. 

¿Queda algo en el tintero?

Queda todo lo que la vida decida traerme. Mientras haya tinta, siempre habrá algo para escribir.