Romina Richi, una actriz de TV que se consolida en teatro

La intérprete comenzó a trabajar a principios de los 90 y, gracias a Verano del 98, afianzó su carrera. Veinte años más tarde, protagoniza un unipersonal y se prepara para dos nuevos estrenos sobre las tablas

Desde muy chica, Romina Ricci estuvo vinculada a la televisión con varios papeles en distintas producciones nacionales, como El gordo y el flaco y ¡Grande, Pa!, donde interpretó a Belén. Sin embargo, con su participación en Amigovios y Verano del 98, la actriz comenzó a perfilar su carrera.

Así, lleva más de 25 años en la profesión y una infinidad de roles entre la pantalla chica y el cine, como Resistiré y Vidas robadas. En el último tiempo, el teatro se convirtió en el lugar preferido para desarrollar su pasión, por lo que ahora se encuentra realizando un unipersonal titulado La hora de la calabaza, obra para la que su expareja, Fito Páez, grabó una base musical. Además, se prepara para otras dos en este 2017.

En diálogo con diario Hoy, Ricci habló sobre su trayectoria y hasta se refirió al breve lapso en el que se dedicó a la venta de milanesas de soja.

—Empezaste en televisión desde chica, ¿cómo fue esa experiencia?

—Cuando tenía 12 años empecé en el programa El gordo y el flaco. Si bien no podría describir lo que sentí, siempre recuerdo que fue dinámico y divertido. Tiempo después, me llamaron para formar parte de ¡Grande, Pa!

—Hay escasez de producciones, ¿te parece que se genera más competencia en el rubro?

—No considero que se haya instalado esa competencia, más bien hay una solidaridad entre todos los integrantes de un elenco.

—¿Qué significó para vos el unitario La última hora?

—Fue hermoso, porque me reencontré con mi maestro, Norman Briski. Eso me generó muchas ganas de retomar sus clases de teatro. 

—Justamente ahora estás en la obra La hora de la calabaza, ¿cómo fue la vuelta al teatro?

—Un día me llamó Alberto Lecchi, director de la obra, y me hizo llegar el guión de Esther Feldman. Cuando lo leí, me entusiasmó, porque se trata de un unipersonal y es un desafío  en cada función. El equipo de trabajo es muy lindo. Además, el tema que toca la obra hace que todos salgan reflexionando. Es una producción que disfruto mucho.

—¿Cómo continúa el año laboral?

—Me encuentro ensayando Venus roja, basada en textos de Salvadora Medina Onrubia y dirigida por Maruja Bustamante, que estrenaremos el 9 de agosto en el teatro Regio. A la vez, estoy por empezar los ensayos de La conducta de los pájaros, donde interpreto a Rosa Luxemburgo. El responsable de la puesta en escena es Norman Briski y estaremos en su cálido teatro, Calibán. Todos los proyectos teatrales me apasionan y entusiasman mucho. 

—Por otro lado, te convertiste en directora, ¿cómo fue ese proceso?

—Primero, tuve curiosidad por el dibujo y la pintura. Luego surgió un especial interés por la fotografía y, después, junto con la escritura, el video. De esa manera empecé a filmar con mi cámara todo aquello que escribía. Realicé varios cortometrajes y un documental sobre Alfredo Arias, que fue apoyado por el Incaa. Si todo sale bien, lo estrenaremos este año en las salas de nuestro país. Lo próximo que me gustaría filmar es una ficción que vengo escribiendo e investigando hace un tiempo.

—En algún momento te dedicaste a la venta de milanesas de soja, ¿a qué se debió el cambio de hábito?

—Sin dejar la televisión de lado, el cambio estuvo dado porque necesitaba hacer otra cosa, después de cuatro años ininterrumpidos de actuar en  una serie. Entonces la nueva actividad era alegre, trataba de hacerlo divertido y, para mí, era un juego. 

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