ENTREVISTA EXCLUSIVA

Stravaganza, sin reglas para el amor arrasa en la cartelera porteña

El éxito que dirige Flavio Mendoza, en el que actúan Nacha Guevara, Eleonora Cassano y Felipe Colombo, tuvo su presentación oficial. En diálogo exclusivo con sus protagonistas, nos adentramos en un mundo donde el amor es la respuesta

En una noche llena de brillos, la prensa y otras estrellas se hicieron presentes en el Teatro Broadway para la presentación oficial de Stravaganza, sin reglas para el amor, el espectáculo que lidera la taquilla porteña según la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales (Aadet).

El show cuenta la historia de Virgilio (Felipe Colombo), un bohemio que llega al mítico Salón Roma para lograr escribir la letra de su primer tango y devenir poeta. En la búsqueda, se nutrirá de los consejos de La Musa (Nacha Guevara), quien será su guía, y El Mudo (Román Rodríguez), un clown capaz de enseñarle el valor de la amistad.

“Estoy feliz. Acá tenés a las mejores estrellas y es un show que tiene mucha tecnología, un libro y una puesta maravillosa. Es el mejor espectáculo de calle Corrientes”, dijo a este medio 

Flavio Mendoza, el creador de la obra. Pese a que Carlos Rottemberg habló de una temporada “cauta”, los espectáculos de Flavio (quien, además, actualmente protagoniza Mahatma en Carlos Paz) se destacan por su popularidad. “El teatro no tiene recetas. No hay alguien que te diga por qué vos lográs llenar la sala. Sí te puedo decir que trabajo mucho, invierto mucho en cada espectáculo que hago y realmente me rompo la espalda arriba del escenario, aunque eso no garantiza que te vaya a ir bien. Cada uno hace lo que puede. A mí no me interesa ir a robar o hacer algo que sea fácil, no me sale. La gente por algo dice que sí a estos shows”, afirmó.

En la trama de esta obra, que tiene un gran despliegue musical, de vestuario y de artistas, el peso del baile está dado por Eleonora Cassano (Malena). La bailarina clásica despliega todo su virtuosismo en intrépidos pasos, en los que fusiona el tango, el folclore y la danza contemporánea. Además, podemos verla volar colgada de arneses en unas jugadas coreografías. Junto con  Sebastián Acosta (Floreal) y Leonardo Luizaga (Astor) formará un triángulo amoroso y letal sobre las tablas. Por su parte, las acrobacias de Gisela Bernal y la precisión en el tango de Mariela Anchipi completan la exitosa puesta.

—Felipe, ¿qué se siente estar en el escenario con figuras tan tremendas?

FC:—Es un honor, un deleite y un placer. Nunca estuve en un equipo de trabajo que fuera tan multidisciplinario: hay teatro, circo, tango, hay Nacha (risas), hay Eleonora Cassano y gente que vuela. También, escenas intimistas y gente que sale volando hacia la platea. La verdad que disfruto mucho estar acá.

—Flavio, ¿cómo hacés para ensamblar todo este despliegue?

FM:—Es trabajar con gente experimentada. Nacha, Eleonora y Felipe tienen mucho que ver con todo eso. Son muy generosos a la hora de trabajar y cuando uno ama esto como ellos lo hacen, es todo mucho más fácil. Estos son espectáculos que me salen del corazón, no son pensados solamente para hacer que venga gente o hacer plata. Me apasiona tener un teatro con artistas tan talentosos y poder darles el lugar que se merecen.

—Tus obras siempre tienen un mensaje…

FM:—Me gusta dejar mensajes en mis obras. En este caso, dejo un mensaje muy lindo sobre el amor, diferente a todo, un amor más universal. Está bueno como comunicador poder comenzar a decir lo que sentís en los espectáculos.

—¿Esto tiene que ver con tu decisión de ser padre?

FM:—Sí, todo tiene que ver. Mis espectáculos tienen que ver conmigo. Justamente una de las historias que se transmiten en Stravaganza, sin reglas para el amor tiene que ver conmigo y lo plasmé en el escenario. Me sale así, lo canalizo por ese lado. Artísticamente tengo el ojo bien puesto.

­—Nacha, ¿cómo ves la respuesta del público?

NG:—La verdad es que veo que el público disfruta muchísimo y se engancha con la propuesta. Es muy dinámico todo el espectáculo, se pasa de cuadros gigantescos a escenas muy íntimas y eso demanda al público una flexibilidad y capacidad de entender rápidamente lo que sucede. Están allí, presentes siempre. Hay momentos mágicos que son muy difíciles de lograr y que no son comunes de ver en un escenario todos las noches. Flavio es muy arriesgado, en todo sentido, y obliga a todo el mundo a arriesgarse más… uno hace cosas que no sabía que podía a hacer.

­—¿Cuál fue el desafío más grande?

­NG:—La altura y los ensayos, en donde me largué a volar. Es una experiencia hermosa, se la recomiendo a todos.

­—Eleonora, ¿cómo vivís vos toda la exigencia, teniendo en cuenta que estás volando, después bajás al piso y estás haciendo piruetas por todo el escenario?

EC:—Me encanta, es esa cosa del desafío, de querer hacer cosas nuevas, el jumping ese que parezco Batichica. Yo vine con la idea de una obra que hice en el Maipo y le dije: ¿Flavio, qué te parece si vuelo? Así que estoy feliz, porque cada noche que me subo al escenario vuelo.

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