Thundercats y Halcones Galácticos, referentes juveniles de los 80

Peter Lawrence fue guionista de estas series animadas de culto. En diálogo con este medio, habló de sus trabajos televisivos y de cómo el negocio fue ensuciando los procesos creativos en las ficciones de aventura

Pensar en los dibujos animados de la década del ochenta implica mencionar dos grandes clásicos con los que muchos adultos crecieron: Thundercats y Halcones Galácticos. Ambas series tienen como condimento principal grandes dosis de aventura en sus tramas; mientras en la primera los protagonistas eran felinos extraterrestres con forma humana, en la segunda eran androides modificados genéticamente. El objetivo era el mismo: proteger a los más débiles.

Uno de los guionistas principales de estas fue Peter Lawrence, quien se volvió un referente a la hora de pensar en escritores para cualquier tipo de ficción de aventura infanto-juvenil. No solo trabajó en las dos mencionadas sino que también pasó por programas como Peter Pan y los piratas (1990) y The real adventures of Jonny Quest (1996), entre varias otras que hacen a una lista interminable. 

Por supuesto, hacerse la fama de ser un gran escritor para ficciones de aventura puede ser contraproducente y algo así le pasó con ¿Dónde está Carmen San Diego? (1994) y El mundo de Bobby (1990). “Los productores me llevaron porque querían inyectarle algo de aventura a los shows, pero no funcionó muy bien”, afirmó.

Diario Hoy accedió a una entrevista con Lawrence, en la que el guionista habló de sus trabajos pasados y de cómo ve a la industria de la animación en la actualidad. “Muchas de las series para las que escribí y produje son de culto, para adultos”, sostuvo.

—¿Seguís escribiendo para televisión?

—Sí, había dejado por un tiempo, pero ahora dirijo el departamento de animación de una pequeña productora con proyectos para Estados Unidos y la India, haciendo una gran cantidad de programación de distribución convencional y a través de internet.

—¿Por qué te alejaste en su momento?

—Después de The real adventures of Jonny Quest pasaron algunas cosas. Disminuyó la audiencia para las series de acción y aventura, y a pesar de que había escrito mucha comedia para televisión, a partir de Peter Pan y los piratas, Thundercats, Halcones Galácticos y Piratas de aguas negras quedé marcado como un showrunner y guionista de aventuras, que escribía para chicos más grandes. Me parecía improductivo hacer cosas para los más chicos del estilo de Bob Esponja, así que me concentré en otras áreas de trabajo, como ser editor de guiones y libros.

—Comparando la década del ochenta con la actualidad, ¿cambió algún aspecto de la industria?

—Es otra de las razones por las que me alejé un tiempo. Tuve siempre una gran libertad en todos los lugares en los que trabajé y eso cambió a finales de los noventa. Los estudios y los ejecutivos de los canales empezaron a tener cada vez más control sobre el proceso creativo, así que el placer empezó a menguar. Por lo menos para mí. No tengo mucha paciencia para leer aclaraciones interminables en los guiones, hechas por gente que por lo general no tiene mucha idea de cómo funciona la animación, sin contar que muchas veces esas notas se contradecían entre sí.

—¿Se podía vivir de la animación?

—Viví muy bien gracias a los ingresos con ese trabajo hasta mediados de los noventa. Después, los salarios se congelaron o disminuyeron, así que me empecé a apasionar por otros proyectos que resultaban más interesantes que el cada vez peor pagado y más manipulado negocio de la animación. Ahora estoy, en este proyecto que mencioné, me rodeé de gente muy inteligente y recuperé mi libertad, como en las viejas épocas.

—¿Cómo fue trabajar en Thundercats?

—Había cronogramas de producción que te mataban, pero el grupo era excelente. Me gustó mucho trabajar con un equipo de animación japonés, un verdadero placer. Me encantaba escribir para Mumm-ra (el antagonista).

—¿Qué recuerdos tenés de Halcones Galácticos?

—Era mi favorito, era un show muy excéntrico. Además trabajé en el desarrollo desde el comienzo, aportando a la construcción de la historia, mientras que con Thundercats llegué más tarde.

—¿Creés que los dibujos se volvieron más realistas y detallistas?

—Creo que todo tiene su tiempo y tiene mucho que ver con las modas. Ahora, hay algunos dibujos animados que son muy realistas. En Nickelodeon hay muchos ejemplos.

—¿Qué pensás de la tecnología en la industria de la animación?

—Es una pregunta bastante compleja, pero resumidamente, la tecnología nos dio mucha libertad y muchos métodos para la producción. Eso está bueno, pero en algún punto creo que descuida el talento artístico. Antes, en algún punto, tenías que saber dibujar, ahora basta con ensamblar imágenes, no es necesario mucho talento. Muchas veces los productores y los ejecutivos no tienen una gran pasión por la animación, que era algo característico de la vieja época. Se ha transformado más en un negocio que en una expresión de arte. No digo que los lugares donde trabajé producían grandes obras pero al menos había grandes artistas.

“Insistí mucho para hacer una versión en acción real”

Ya no resulta llamativo que algún estudio se apropie de una vieja producción y la adapte a los tiempos que corren, con el agregado de hacerla con la técnica del live-action (acción real). Muchas de las últimas películas estrenadas responden a este formato, y parece que se avecina una época cargada de ellas. La bella y la bestia se estrenó hace poco tiempo, mientras que se espera por la llegada de las nuevas versiones de Mulan, Aladdin o Dumbo.

Con los súper héroes, la cuestión es mucho más evidente: Batman, Spiderman, Superman, y una lista interminable de justicieros han llegado a la gran pantalla. Incluso los villanos empezaron a tener sus propias producciones, con Escuadrón suicida (2016) como caso emblemático. 

¿Por qué no soñar entonces con un estreno live-action de Thundercats o Halcones Galácticos? “Insistí mucho para hacer una versión en acción real, pero Warner Bros. tiene los derechos y, más allá de que dicen que van a producirla, nada ha ocurrido”, afirmó Peter Lawrence. Para el guionista, un filme de esas características sería muy rentable, comparando la idea con Transformers: “A mí no me gustaron (las películas) pero son un éxito”. Además, agregó que para llevar adelante producciones de ese estilo se necesita mucho presupuesto y quizás Warner no quiere correr el riesgo. 

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