Vanesa Carbone: “Ricky Fort estaba rodeado de mucha gente chupasangre”

La modelo y conductora brindó detalles sobre su vínculo con el fallecido empresario. Además, habló de su embarazo y su inquietud por la Criminología

Nacida en Buenos Aires y criada en Tierra del Fuego, Vanesa Carbone  se instaló en Capital Federal para estudiar Abogacía mientras trabajaba como asesora en el Congreso de la Nación. Según explica, como el sueldo no le alcanzaba, comenzó a modelar para poder llegar a fin de mes. En un momento dado, una sesión fotográfica subida de tono hizo que sus empleos ya no fueran compatibles. 

Decidida, la joven eligió el ca­mino de las pasarelas y enseguida le surgieron propuestas para participar en programas de TV como Infama, Animales sueltos, y Ponele la firma, entre otros. Ahora, la modelo cambió de rubro y forma parte de un noticiero, mientras estudia Criminología. Además, se encuentra en la dul­ce espera, tras 4 años de matrimonio con el cantante Luis González.

Durante una charla íntima con diario Hoy, la rubia se expresó sobre la amistad que forjó con Ricardo Fort. También, se refirió a su actualidad laboral, su pasado mediático escandaloso, su intimidad familiar y a su embarazo.

—Hoy tenés un perfil más bajo que en los inicios de tu carrera... 

—Las cosas se van dando solas, yo no busqué nada. Dicen que uno encuentra aquello que busca. Sí te puedo decir que mi personalidad no tiene nada que ver con aquella chica adolescente... es un proceso natural de la maduración de una persona. Gracias a Dios puedo hacer lo que me gusta, así como un día renuncié como asesora y comencé a trabajar en los medios de comunicación, puede darse el proceso inverso. También me encantaría incursionar en política.

—¿Cómo estás viviendo tu embarazo?

—Nos fuimos de vacaciones y cuando llegamos a Buenos Aires supe que estaba embarazada. Es un momento placentero y la bebé se llamará Malú, que es un nombre español.

—Tenías una relación entrañable con los hijos de tu fallecido amigo Ricardo Fort, ¿ese lazo continúa vigente?

—El vínculo se dio con los niños, con Gustavo Martínez, su padrino, con Marta (la cocinera), y con Marisa (su niñera). Con Ricardo no éramos mejores amigos, pero tuvimos una gran amistad. Cuando conocí a su entorno no me gustó porque Ricky estaba rodeado de mucha gente chupasangre, mucho buitre. Soy una persona que no me quedo con la primera imagen que me muestran, sino que voy más allá. Enseguida noté que parte de su círculo no era bueno. Cuando nos juntábamos, yo estaba junto a los mellis, la niñera, la cocinera, su jefa de prensa y Gustavo, nunca me iban a ver con otra gente. Hoy seguimos hablando por teléfono con ellos. Después del fallecimiento de Ricardo, fui a ver a los chicos, merendé con ellos. En el presente es una casa normal, los chicos viven en un ambiente hermoso aunque sin su padre.

—¿Cómo nació tu interés por la Criminología?

—Cuando estudiaba Abogacía, tenía una materia relacionada a la temática. Me gustaba, pero para cursar la carrera de Criminalística debía instalarme en Entre Ríos o Neuquén. En ese momento, el senador para que el trabajaba era el presidente de la SIDE y me enviaban a hacer diferentes seminarios. Hace un tiempo, mi hermano dijo que ambas carreras se abrieron en Buenos Aires y me anoté. Esta ciudad es la capital del delito, donde muchas cosas funcionan mal, como el sistema judicial. Después de los últimos femicidios, los jueces garantistas afirmaron que los delincuentes no son psicópatas y que se pueden recuperar. Me pareció una barbaridad, considero que como juristas son un atraso a la humanidad porque brindan una enseñanza obsoleta. Nos tenemos que “fumar” su egos y sus discusiones cuando sabemos que la tasa de homicidios crece sin parar. Necesitamos más profesionales interesados en disminuir la tasa de femicidios.

—¿Qué harías para mejorar esta realidad?

—No descarto dedicarme a la política porque creo en ayudar a la gente. En ambas cámaras se trata el tema de la cadena perpetua para que los reos cumplan la condena efectiva. La ley sirve en un porcentaje bajo, porque no termina de dar una solución a la gente. Este es un país garantista para los delincuentes, tenemos jueces, políticos y un sistema blando. Los reos tienen buena conducta dentro de la cárcel porque no tienen cerca a su objeto de deseo, su motivación. No están preparados para vivir en sociedad, para ellos una persona es un objeto y no un sujeto de derecho. Quiero ayudar porque considero que hay cosas que se hacen mal. 

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