Virginia Innocenti: “Me gusta preservar mi intimidad”

La consagrada actriz, ganadora del Martín Fierro por su labor en Campeones, se abocó a su carrera como cantante. Además, está inmersa en el reestreno de En la luna, canciones de amor, el show musical que presentará en abril

Nacida en Buenos Aires, Virginia Innocenti es una reconocida actriz, autora, directora y cantante. Consagrada como una artista multifacética, integró producciones del séptimo arte como La historia oficial (1985), Cohen versus Rosi (1998) e Iluminados por el fuego (2005), entre otros. Por otra parte, en la pantalla chica ganó el Martín Fierro como mejor actriz protagónica gracias a su paso por la ficción Campeones. 

Continuando su recorrido por la televisión, la actriz siempre es convocada para encarnar fuertes personajes, como lo hizo en El hombre de tu vida, La defensora, Mujeres asesinas, Antonella, Alta comedia, Los machos, Verdad consecuencia, El hombre y Hospital público. Al respecto de estos roles, Virginia expresó: “Es un gusto poder ser un referente para las mujeres que luchan por una vida mejor para ellas mismas y para los hombres que las rodean”. 

Durante una entrevista íntima con este medio, Innocenti habló sobre su tránsito constante entre la música y la actuación. Además, se expresó acerca de sus proyectos laborales para este año.

—¿Sos combativa en la vida cotidiana?, ¿con qué cuestiones peleás?

—Trato de llevar una vida serena y en la mayor armonía posible. Me gusta vivir a través del amor, en la comprensión de la realidad, de mis circunstancias y de las personas que me rodean. Sin embargo, estoy muy alerta, básicamente porque no tolero ninguna forma de maltrato o violencia. Ni siquiera la más sutil. Es por eso que me corro de las relaciones tóxicas, combato y señalo esas situaciones en las que a personas cercanas o a mí misma nos faltan el respeto. Apoyo, participo y colaboro con todos los que luchan por los derechos de las minorías. También para que se mejore la calidad de vida de aquellos que se encuentran, por algún motivo, en mayor estado de vulnerabilidad. 

—¿Cómo te llevás con la vorágine diaria? 

—Me llevo horrible. No me gusta correr, no me gusta que me corran. Me estreso mucho bajo las presiones, aunque estoy acostumbrada a trabajar así. Pero la verdad es que quiero cada vez menos  ese ritmo en vida. Estoy trabajando con Sergio Zavala en algunas canciones que vamos a incorporar en el reestreno de En la luna, canciones de amor, espectáculo que tendrá lugar el próximo 8 de abril, a las 21, en El camarín de las Musas, calle Mario Bravo 890. Espero que la presentación siga gustándole a la gente como sucedió en el verano y que podamos continuar con este show a lo largo de todo el año, con la sala colmada de personas. Eso sería lo que tengo entre manos. 

—Siempre cuidaste tu intimidad con recelo y dedicación, ¿por qué?

—Justamente es algo que tiene que ver con lo privado, con aquello que no tiene por qué hacerse público. Nunca me interesó aparecer en los medios por lo que hago o deshago con mi vida íntima, sino que siempre quise que la gente me valore por lo que hago artísticamente. Me gusta preservar mi intimidad. 

—¿La música siempre te acompañó?

—Así es y espero que jamás me abandone. Te diría que es lo que me rescata y lo que me repara el alma. Gracias al primer espectáculo que hice y por el cual me pagaron un dinero pude comprarme un vestido que amaba y que estaba en una vidriera de la calle Santa Fe. Para esa presentación, armé un evento de canciones y poemas propios, tenía apenas 16 años y fui con mis padres. Durante el show, estaba acompañada por un tecladista que formaba parte de la banda de jazz rock de mi hermano.

Puedo decirte que en mis inicios arranqué interpretando música, que es lo que hago hoy. También bailaba, porque en aquel entonces tomaba clases de danza en el estudio de Noemí Coelho. En síntesis, he vuelto a mi primer gran amor. Siempre soñé con hacer un disco y pude concretarlo. Así surgió Habrá (2004) y En el agua negra (2006).

—¿Qué tiene Virginia Innocenti para decir?, ¿cómo se define?

—Estoy en constante estado de aprendizaje, disfrutando de las buenas cosas de la vida. Lo que tengo para decir, la gente lo puede deducir a través de las canciones que elijo, que canto e interpreto. Lo que tengo para decir es algo que varias veces me encontré en los sobres de azúcar, una frase que dice: “Con alegría, que estamos de paso”.

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