A pesar de que le sacó un brazo, defiende a su perro porque lo salvó de siete asaltos

El rottweiler lo había comprado en un criadero de Bahía Blanca y participó en el adiestramiento que le dio un especialista al animal cuando era un cachorro. Le puso Otto. Poco tiempo después, compró otro de la misma raza. "Estaba cansado de que me robaran", explicó Emilio Múñoz a La Mañana de Neuquén. 

El hombre admitió que en uno de los intentos de asalto que sufrió, los dos perros mataron a los delincuentes. "Lamento la gente que murió ahí adentro, pero eran ladrones. Uno fue adentro de mi dormitorio y el otro fue en el patio", afirmó. Por el episodio, Emilio dijo tener "algunos problemas judiciales".

El sábado, dos días antes de que cumpliera 44, Emilio fue atacado por Otto cuando lo entrenaba. El otro perro se fue a su cucha, asustado. 

Otto primero mordió la rodilla de su dueño y lo tiró al piso. Lo liberó por unos segundos y después se aferró al brazo izquierdo. Los vecinos escucharon los gritos, pero miraron tras las rejas de la vivienda por miedo. Emilio logró con una correa ahorcar a su mascota y neutralizarla. 

Los policías intervinieron y lo mataron. 

Los médicos tuvieron que amputarle el brazo izquierdo a Emilio. A pesar de eso, lo recuerda con cariño: "Me quisieron robar siete veces y él fue el que me salvó".