Acoso callejero: un problema diario para las mujeres

En las calles, en los colectivos, en las facultades. El acoso hacia las mujeres no distingue lugares y atormenta a diario a miles de chicas que, a su vez, se animan cada vez más a denunciarlo. La necesidad de un profundo cambio cultural

Evidentemente, la violencia hacia las mujeres no se va a terminar con una marcha multitudinaria, ni mucho menos con medidas judiciales, que han demostrado ser fácilmente vulnerables por los agresores. El acoso callejero sigue siendo hoy uno de los sufrimientos más comunes para las mujeres, quienes padecen a diario desde constantes intimidaciones verbales hasta agresiones físicas o amenazas explícitas mientras caminan por la calle. A la par, crece un fuerte sentimiento de malestar y cada vez son más las que se animan a denunciarlo.

En las últimas horas, se conocieron los casos de dos jóvenes que se atrevieron a exponer a sus acosadores en las redes sociales, con el objetivo de hacer del escrache una herramienta de protesta que pueda, al menos, visibilizar aún más la problemática. 

Julieta es una chica de Avellaneda, que ayer cuando volvía de la facultad le tocó vivir algo lamentablemente común en una sociedad que sigue naturalizando las desigualdades de género: un hombre le acarició la pierna en pleno colectivo, haciéndose luego el desentendido. A través de facebook, la joven denunció y escrachó al agresor con una fotografía.

"Hoy me levanté y la máxima anunciaba 33 grados, así que decidí ponerme un vestido fresco. Discreto, tiene un pequeño escote y por supuesto, se llegan a ver mis piernas", comienza la carta que publicó, como si antes de contar la historia tuviera que justificar cómo eligió vestirse.

"Si sos mujer, pero si sos hombre sobre todo. Porque puede ser tu hermana, tu mamá e incluso tu hija. Porque puedo ser yo, que tengo las herramientas para defenderme, pero también puedo ser ellas, que quizás no las tengan", escribió la chica.

Otra joven, a través de Twitter, contó otro episodio que le tocó vivir: un hombre la siguió diciéndole cosas hasta cinco cuadras antes de su casa. "Dos colectivos se tomó siguiéndome", escribió. Según el relato esta persona llegó a tomarse dos colectivos siguiéndola, diciéndole groserías además de amenazas como "sé donde trabajás". Fue cuando estaba a pocas cuadras de su casa que la chica decidió correr y gritar para perder al individuo, que la sometió durante varios minutos a ese calvario y se terminó escapando.

Son casos que se pueden replicar en cualquier otra experiencia, de cualquier otra joven, cada día, todos los días. Cabe preguntarse cómo, a esta altura del siglo XXI, los hombres siguen creyéndose capaces de ejercer sobre las mujeres semejante nivel de acoso y violencia, como si se sintieran dueños de la vida de cada una de ellas que están yendo a trabajar, a estudiar o a donde se les dé la gana. Sin lugar a dudas, el cambio en este sentido es estrictamente cultural, y está en cada uno, empezar a practicarlo.

Hoy me levanté y la máxima anunciaba 33 grados, así que decidí ponerme un vestido fresco. Discreto, tiene un pequeño...

Posted by Julieta Lopez on Miércoles, 16 de marzo de 2016