Disputa en la Universidad: ordenan auditoría y nuevo recuperatorio en Medicina

El Consejo Superior de la UNLP ordenó investigar la ejecución presupuestaria y el cumplimiento del plan de estudios. La decana de la Facultad dijo que se trata de “una persecución”. Un conflicto sustentado en visiones antagónicas    

En el marco de una maratónica y compleja reunión de Consejo Superior (CS), atravesada por tensiones políticas y cruces retóricos, la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) dispuso una virtual intervención a la Facultad de Ciencias Médica (FCM) al dar curso al pliego de demandas que los estudiantes presentaron a través de sus consejeros superiores.

El CS, por unanimidad, decidió ordenar una auditoria pedagógica y financiera, un nuevo recuperatorio para los aplazados de primer año, otro sistema de evaluación y recorridos curriculares alternativos para que los estudiantes continúen en la UNLP. 

Las auditorías tendrán como objetivo, por un lado, garantizar que la Facultad de calle 60 cumpla con la carga horaria de dictado de clases establecida en su plan de estudios. Por otro lado, en el plano financiero, se buscará verificar el estado de ejecución presupuestaria y el destino de los fondos, frente a la decisión de las autoridades de limitar las cursadas, invocando una supuesta “falta de presupuesto”.

Respecto a la exigencia de implementar un nuevo recuperatorio, el CS dispuso además que la UNLP designará un cuerpo de veedores encargados de garantizar el normal desarrollo de las evaluaciones y supervisar la corrección de los exámenes.

Debates y ausencias

Mientras en el Rectorado se consumaba un rotundo éxito de los estudiantes y de una parte de los profesores de Medicina que impulsaron las demandas, las autoridades de esa unidad de estudios estaban ausentes: a esa misma hora encabezaban una charla con Lino Barañao en la sede de 60 y 120. 

La decisión de la Universidad pone de manifiesto la soledad en que las autoridades de la FCM afrontan una disputa que excede largamente la cuestión de los bochazos, y que se enmarca en un antagonismo conceptual en torno al desarrollo académico y profesional de la medicina.  

El faltazo de los dirigentes de la FCM da cuenta del conflicto que asoma en el horizonte: cuál será la reacción del decanato ante estas exigencias. Las palabras de la decana Ana Lía Errecalde, en exclusiva con Hoy, ofrecen una hoja de ruta en ese sentido: “Nos parece una hipocresía y una barbaridad, en todas las facultades los bochazos son tremendos en primer año”.

“Estamos ante un avasallamiento a la Facultad”

Ana Lía Errecalde atiende amable y tranquila. Ante el pedido de entrevista de Hoy, la decana de Medicina pide un segundo: el teléfono abierto permite adivinar que despide a algunas personas con las que mantenía una reunión. Vuelve, suena despreocupada y advierte que no asistió al Consejo Superior (CS) porque “recién terminamos una charla que teníamos pautada con el ministro (Lino) Barañao”. Las decisiones tomadas en el CS sobre la Facultad que conduce parecen no afectarla. Sin embargo, su temperamento queda reflejado ante cada consulta. Parece resuelta a no esconder ni matizar su visión.

La decana aumenta su pirotecnia a medida que avanza el cuestionario. “Se trata de un avasallamiento a la Facultad. El estatuto es muy claro y define cuál es la función del Consejo Superior, y cuál la de los consejos directivos”. En la misma sintonía, fustiga el mecanismo de decisión del CS: “Sigue detrás de lo que presentan los alumnos. Es tristísimo”.

Errecalde suelta una suerte de contraataque acerca de las auditorías ordenadas por el CS. “Es una persecución a la Facultad. De todas maneras, nosotros las cuentas las tenemos clarísimas. Y ya que vamos a hacer una auditoría financiera, que se le haga a Presidencia y a las otras facultades también”.

Finalmente explica que “hasta el año pasado, Presidencia había recibido convenios millonarios pero ahora estamos sin plata”. En términos retóricos, libera preguntas inquietantes: “Hemos vendido campos como Universidad ¿y dónde está esa plata? Porque estamos en rojo. Como Facultad, nunca recibimos ningún informe. No me importa que vengan a hacer una auditoría. Y voy a averiguar en qué posición legal estamos”.

“Un gravísimo fracaso pedagógico”

El prosecretario general de la UNLP, Patricio Lorente, enmarcó el conflicto en Medicina en una cuestión de “visiones antagónicas respecto de la educación y la salud pública. La UNLP con esta decisión deja en claro su postura”.

Acerca de las afirmaciones de la decana de Medicina, que calificó las decisiones del Consejo Superior como una “persecución política”,  Lorente retrucó que “hay datos concretos y objetivos que hablan de un gravísimo fracaso pedagógico de la Facultad, si se confirma que sólo 56 estudiantes fueron capaces de superar las primeras pruebas de las materias iniciales. Y eso no puede atribuírsele a una persecución política de parte de nadie”. 

Lorente fue más allá y calificó como “un fracaso gravísimo del que no se puede salir haciendo lo mismo que se venía haciendo por parte de las autoridades. Algo tiene que cambiar. Si usted es docente y tiene una tasa de aprobación del 2% de las enseñanzas que imparte, estamos ante un problema”.

“Tengo todo el respeto por la señora Decana”, dijo Lorente y añadió que “creo que o no está viendo la magnitud del problema, o no le parece que sea tal, lo que sería más significativo aún”.