Día del Investigador

Celebran a los científicos argentinos

En homenaje a la fecha del nacimiento del premio Nobel en Medicina, Bernardo Houssay, hoy se conmemora una jornada en honor a los investigadores. Para conocer detalles de su vida íntima, diario Hoy dialogó en exclusiva con su sobrino nieto, que reside en nuestra ciudad

Hoy en la Argentina se festeja el Día del Investigador Científico. Haber elegido esta fecha para celebrarlo no es casualidad: un 10 de abril del año 1887, nació en Buenos Aires Bernardo Alberto Houssay, un médico y farmacéutico que por sus descubrimientos acerca del papel que cumplen las hormonas pituitarias en la regulación de la cantidad de azúcar en sangre fue galardonado con el Premio Nobel de Medicina en 1947.

Además de haber sido el primer laureado de Latinoamérica en el campo científico, en 1958, esta eminencia cofundó el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). 

Su sobrino nieto, Leopoldo Houssay, un abogado de 73 años que se radicó en La Plata, recordó en diálogo con este medio algunos detalles de su vida. “Tenía una personalidad deslumbrante. A los 13 años se dedicó de lleno a las letras porque decía que después no iba a tener tiempo. A esa edad, terminó el bachillerato y a los 14 años ya cursaba en la Facultad de Farmacia de Buenos Aires, donde se recibió a los 17. A los 22 años ya era médico. Un verdadero genio”.

Para desmitificar la figura del científico como una persona estructurada y seria, su sobrino nieto explicó que “era un amante de los deportes”. Houssay jugaba al fútbol y también despuntaba el vicio del rugby. En sus épocas de futbolista amateur, representando a la Facultad de Medicina, consiguió un empate contra la Primera de River. También tenía mucho humor, similar al de Verdaguer, aseguró Leopoldo. 

Orgulloso de su tío abuelo, Leopoldo recordó la vez que Bernardo rechazó una oferta por demás tentadora. “Cuando recibió el Premio Nobel, el por entonces presidente de los Estados Unidos, Harry S. Truman, lo invitó personalmente a radicarse en el país. Él agradeció la propuesta, pero le explicó que se había formado en la Argentina y que se debía a su nación”. 

Con gran vocación docente, Bernardo, al que Google suele recordar con un doodle en el aniversario de su natalicio, en 1919 fundó y dirigió el Instituto de Fisiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. En él empezó su labor de enseñanza con sus discípulos, que luego se transformarían en los primeros profesores universitarios de Fisiología del país. Con el paso de los años, el Instituto se convirtió en un centro de excelencia mundial en el área de la investigación científica.

También fue presidente de la Asociación Argentina para el Progreso de las Ciencias, de la Academia Nacional de Medicina, de la Sociedad Argentina de Biología y de la Federación Internacional de Diabetes.

Un familiar peculiar

Con mucho afecto, Leopoldo mantiene latentes los recuerdos de las vivencias compartidas junto a su tío abuelo Bernardo. En torno al vínculo que mantuvieron, recordó: “Él cumplió conmigo la función de abuelo. Se preocupaba mucho por mis estudios y mi formación. De hecho, cuando nos veíamos, conversábamos en inglés”.

Además, Leopoldo recordó las increíbles cenas que tuvo la suerte de compartir con personalidades de todo el planeta. “Yo tenía 18 años y él me invitaba a su casa, como representante de la familia, para compartir cenas con científicos de todo el mundo. Dentro de mis posibilidades, trataba de ponerme en sintonía, escuchar y aprender mucho”. Recordó que esa citas se hacían en su casa de calle Viamonte, donde ahora funciona un museo en su honor. 

Los más chicos y su relación con la ciencia 

En torno a la celebración de los científicos y a la importancia de su rol, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación bonaerense, Jorge Elustondo, afirmó que “la mayoría de los problemas tienen una respuesta que parte desde la ciencia y la tecnología, por eso es fundamental acercar a nuestros jóvenes a ese ámbito, romper los mitos de que son tareas aburridas o que para ejercerlas tienen que viajar lejos”. 

Por este motivo, el ministro comentó la importancia de promover el interés por estas disciplinas. “Buscamos demostrarles que la ciencia está al alcance de cualquiera que se lo proponga, que ser científico no es solo para iluminados”, afirmó.

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