Células madre: la investigación de una científica de la UNLP recorre el mundo

Se trata de un trabajo perteneciente a la experta Nara Guisoni, publicado en una revista internacional. El hallazgo resulta fundamental para futuras aplicaciones en salud

El nombre de Nara Guisoni, especialista de la Universidad Nacional de La Plata y el Conicet, se destaca en el último número de la revista británica Development, que acaba de publicar un trabajo de su autoría.

La investigación que Guisoni encabezó junto a un grupo internacional de expertos buscó dilucidar qué factores intervienen en la definición del destino de las células madre. Estas juegan un rol fundamental en el desarrollo y mantenimiento de la vida, porque son las encargadas de renovarse y diferenciarse en los distintos tipos de células especializadas que forman un individuo. Esa renovación y diferenciación debe realizarse dentro de un equilibrio dinámico preciso para que no se genere una enfermedad proliferativa como el cáncer o la pérdida de la funcionalidad de los órganos. 

Para comprender el funcionamiento y comportamiento de estas células, Guisoni tomó como modelo el intestino de Drosophila melanogaster, comúnmente llamada mosca de la fruta, cuyo organismo tiene similitudes con otros más complejos, como el de los mamíferos. “Hasta hace poco se creía que se dividían en dos células distintas: una que mantiene su identidad, y la otra diferenciada. Según ese paradigma, las células madre serían eternas, ya que su linaje celular continuaría indefinidamente. Ahora se sabe que no siempre es así. En algunas situaciones se generan dos iguales, y la definición del destino celular depende de la interacción entre ellas y con el entorno”, precisó la experta.

“Un mecanismo muy general para la definición del destino celular que está presente en el intestino de la Drosophila melanogaster es la inhibición lateral, en la que dos células vecinas bloquean mutuamente la producción de determinada proteína. Entonces, se genera una competencia en la que una pequeña asimetría en la concentración que cada una tenga de esa proteína es amplificada y define cuál permanece como célula madre y cuál se diferencia. Debido a eso, dos células iguales con un mismo destino se transforman en dos distintas con destinos diferentes”, explicó Guisoni.

“El problema con el que nos encontramos fue que ese mecanismo de inhibición lateral no alcanzaba para explicar un dato experimental que daba cuenta de que en el intestino de la Drosophila melanogaster existían tanto pares de células con destinos diferentes como con un mismo destino. Tenía que haber algo que generara una diversidad mayor de destinos, más allá de esa disputa que se creía que se resolvía con cada una tomando un camino distinto”, explicó Guisoni.

A través de las investigaciones, el equipo logró comprobar que sí había variabilidad y que la intensidad de esa interacción estaba relacionada con el tipo de destino que cada célula tiene. “Lo que conseguimos es resultado de un trabajo interdisciplinario entre físicos y biólogos”, destacó la científica y concluyó en que “el conocimiento sobre el funcionamiento de las células madre es fundamental para futuras aplicaciones tecnológicas relacionadas a la salud”.

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