China presenta el telescopio más grande del mundo

La instalación esférica de 500 metros de apertura indagará sobre los orígenes del universo. Para su construcción, de costo millonario, se trasladó a un pueblo entero

Tras cinco años de intenso trabajo, China puso en marcha ayer el telescopio esférico de 500 metros de apertura (FAST, por sus siglas en inglés) y celebró el evento con una “ceremonia de primera luz”, tal como se conoce al proceso por el que uno de estos enormes dispositivos abre sus ojos e inaugura su captura de imágenes del universo profundo. El FAST tendrá un campo de visión casi dos veces más grande que el Arecibo (Puerto Rico), que durante 53 años ha ocupado el primer puesto de la lista.

Con un área que cubre aproximadamente 30 campos de fútbol, “será una excelente herramienta para el estudio de los púlsares y la distribución de las galaxias en el universo local”, señaló Donald Campbell, profesor de Astronomía de la Universidad de Cornell (Estados Unidos). A su juicio, este gigantesco ojo cósmico conseguirá “contribuciones significativas” para la comprensión de la estructura y la historia del cosmos.

China se planteó alcanzar para el año 2020 los logros de Estados Unidos en materia espacial y no ha escatimado esfuerzos e inversión para mejorar su infraestructura. El nuevo instrumento ha tenido un coste de 1.200 millones de yuanes (más de 160.000 millones de euros), a los que hay que añadir otros 240 millones de euros para recolocar a los más de 9.000 residentes que tuvieron que ser reubicados por la construcción, según aseguró la agencia Xinhua. Ahora mismo, nadie puede vivir a 5 kilómetros a la redonda del complejo.

Para decidir dónde ubicar el telescopio, los científicos chinos estudiaron más de 400 posibles lugares durante 10 años. Finalmente, se decidieron por una ubicación remota de la provincia de Guizhou debido a que la forma de “huevera” de la depresión de Dawodang era perfecta en tamaño, y a que las montañas circundantes actúan como escudo contra las interferencias de radiofrecuencia del exterior.

Se espera que FAST arroje algo de luz sobre los orígenes del universo mediante el mapeo de la distribución de hidrógeno, el elemento más abundante en nuestra galaxia, y que permita detectar muchas púlsares (densas estrellas giratorias que actúan como relojes cósmicos), hecho que proporcionaría a los científicos la capacidad de detectar ondas gravitatorias que den información sobre la evolución de las galaxias.

Sin embargo, para la gran mayoría, la meta más excitante de este proyecto es la búsqueda de vida extraterrestre. La sensibilidad y alcance observatorio de FAST lo capacita para detectar exoplanetas (cuerpos similares a la Tierra) que otros telescopios no pueden. La carrera espacial del sigo XXI está abierta. 

 

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