Comer pescado reduce el riesgo de derrames cerebrales

Un estudio de la Facultad de Salud Pública de Harvard descubrió que la gente que consume mariscos y pescados “sólo una vez por mes” reduce más de un 40% su riesgo de sufrir el tipo de derrame cerebral más común.

Muchos estudios realizados en las últimas dos décadas habían llegado a la conclusión de que el consumo de pescado reduce el riesgo de sufrir derrames cerebrales y ataques cardíacos. Lo sorprendente de este último es que muestra que la ingesta de pequeñas cantidades de pescado produce el máximo de los beneficios: entre 1 y 3 platos por mes de cualquier pescado o marisco, como sushi de salmón, atún con pan de centeno, langosta asada o filet.

“Estudios anteriores habían descubierto que había que comer pescado una o dos veces por semana”, señaló el Dr. Ka He, el nutricionista de Harvard que lideró este trabajo, difundido ayer en la publicación de la Asociación Médica Norteamericana. 

Y agregó que aquellos trabajos habían planteado una relación lineal: cuanto más pescado comemos, más beneficios obtenemos. “En nuestro estudio, sin embargo, descubrimos que hay un umbral. Consumir más pescado no se traduce en más beneficios”, apuntó.

Acelga, algunos trucos para los niños

No siempre los niños comen de buena gana esta verdura, por lo que es bueno apelar a algunas alternativas para incluirla en su dieta y evitar que la rechacen. Por ello, presentamos una serie de “trucos” para compartirla con los más chicos:

* Dar el ejemplo: para que el niño acepte un alimento es importante que lo conozca desde pequeño y que el resto de la familia lo consuma habitualmente.

* Ser creativos: este vegetal se puede combinar con otros alimentos e incluir en preparaciones variadas como tortillas, budines, revueltos, croquetas, empanadas, tartas, pizzas, sopas, rellenos de pastas.

* Armar platos atractivos: donde se pongan en juego diferentes colores y texturas.

* Ser perseverantes: intentar varias veces la incorporación del alimento y en distintas preparaciones.

* Involucrar a los niños en la compra y preparación: seleccionar con ellos los vegetales en la verdulería y jugar con los colores y formas. También pueden colaborar en la preparación.

* Armar una huerta familiar: resulta más probable que el niño la acepte si participó de su siembra, cuidado y cosecha.