Pese a las dificultades, el tomate platense tuvo su fiesta

Aunque con un clima menos jovial que el habitual, se desarrolló la 13ª edición del evento que busca revalorizar la producción frutihortícola regional. El público acompañó a los quinteros, que todavía bregan por recuperarse del vendaval

Mientras todavía bregan por sanar las secuelas que dejó el temporal de la semana pasada, ayer los productores del cordón frutihortícola de La Plata sacaron a relucir su estoicismo al encabezar la decimotercera Fiesta del Tomate Platense, en una tarde de sol tímido, con cielo por momentos encapotado y amenazas de lluvia.

Aunque, como era de esperar, el evento tuvo poco de festivo. “Los vientos fuertes del domingo pasado afectaron muchísimo la producción y para hoy (por ayer) había una nueva alerta meteorológico. Así que la fiesta se reestructuró, porque entendemos que no hay un ambiente muy jovial, fundamentalmente para los productores”, aseguró a 

diario Hoy, el secretario de extensión de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales y uno de los organizadores del encuentro, Juan José Garat.

Frente a estas eventualidades, la exposición se realizó en un horario acotado (de 10 a 15) en la Estación Experimental Julio Hirschhorn, de 66 y 167, en la que, si bien se vendieron tomates, semillas, productos típicos (como dulce y salsa) y verduras, faltaron los espectáculos, la feria de artesanías y el patio de comidas, los cuales quedarán para cuando un mejor humor acompañe. 

No obstante, ayer el público acompañó a los quinteros, en busca de ese fruto vernáculo cuyo sabor especial y tamaño lo hacen único.

“El espíritu de esta fiesta es y seguirá siendo revalorizar el trabajo de los productores, darles este espacio para que puedan ofrecer su cosecha”, resumió Garat sobre la feria que se realiza desde 1999, cuando la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) se puso al hombro la tarea de rescatar un producto sobre el que los quinteros trabajan desde la década de 1930, poniendo resistencia a cualquier tempestad.