El escultor de la obra

El artista detrás de la nueva estatua del Sagrado Corazón

Un escultor platense radicado en Irlanda tardó más de seis meses en concluir la obra, que fue emplazada en el Distribuidor Pedro Benoit

Ricardo Collar es un escultor platense que desde hace más de siete años vive en Irlanda. Aunque en el Viejo Continente pudo afianzarse en su actividad artística y hasta consiguió armar su propio estudio,  siempre trató de seguir vinculado laboralmente con la ciudad que lo vio nacer, porque los afectos tiran. Por eso, de visita en La Plata, realizó una obra que en pocos días podrá ser disfrutada por todos aquellos que a diario circulan por el Distribuidor Pedro Benoit: la nueva escultura del Sagrado Corazón de Jesus. 

Construida a base de poliuretano, un material poco utilizado para este tipo de obras en el país, la nueva escultura, además de siete veces más liviana que la anterior, es prácticamente irrompible. “El cemento en algún momento se parte, esto no se quiebra nunca”, explicó Collar. La pieza, confeccionada en un galpón del barrio El Dique de Ensenada, ocupará el lugar de la que fue prácticamente destruida por vándalos.

“Entre los dibujos preliminares, elegir los materiales, los bocetos, el armado y la confección, nos llevó bastante tiempo”, explicó Collar, quien admitió que “es imposible hacer solo una obra de tamaña magnitud”. Por este motivo contó con la ayuda de otro artista local, Julio Ricardi, y de su hermano, Esteban Collar, arquitecto, quien se encargó de elaborar la estructura interna de la obra. A su vez, con un ingeniero, midió las cuestiones del viento, un aspecto fundamental a la hora de emplazarla. 

Collar, de 39 años de edad, estudió en el Colegio Nacional Rafael Hernández y completó su formación en la Facultad de Bellas Artes de la UNLP. Además, en su haber ya tiene otras esculturas instaladas en la ciudad, por ejemplo, en la bajada de la Autopista La Plata- Buenos Aires, donde recreó una imagen de Sor María Ludovica. 

Consultado sobre lo que le genera el hecho de que obras de su autoría embellezcan el espacio público platense, Collar expresó con humildad: “Es un privilegio y también una responsabilidad. Las ve todo el mundo. Hay comentarios muy lindos y otros no tanto”. 

En Irlanda, gracias a que entabló una relación con el consagrado escultor Patrick O’Reilly, Collar pudo desarrollar una carrera que parece no tener techo. Sin embargo, cada vez que puede, vuelve a su casa de Barrio Hipódromo: “Se extraña mucho, así que trato de venir a visitar a la familia, a los amigos y generar proyectos de trabajo acá también. A veces vengo por dos meses, y otras por uno solo”, concluyó Collar, que en Dublín vive junto con su esposa y sus dos hijos. 

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