En la Universidad se baila al ritmo del 2x4

Todos los viernes, en el patio del Rectorado de la UNLP, platenses de distintas edades se juntan por amor al tango. En una ciudad con una larga tradición en el género, las clases abiertas son cada vez más concurridas y confirman la vigencia arrabalera a 100 años de La Cumparsita 

En 1890, en la esquina de 6 y 56, se tocó tango por primera vez en la ciudad de La Plata. Los intérpretes fueron los integrantes de una comparsa candombera de afroamericanos llamada Nación Lucamba que se preparaba para el carnaval de ese año. 

Durante aquel 1890 nacía, también, Ángel Colombo, primer bandoneonista de la ciudad, director de un famoso conjunto típico cuyo debut se produjo en 1915, en el bar Colón de diagonal 80 entre 49 y 50. Por esos años el salón más popular era el Nacional de Serafín Ríos, ubicado en 7 y 46, que funcionó hasta la década de 1950. 

El punto álgido de aquella escena efervescente tuvo que ver con las cuatro presentaciones de Carlos Gardel en el Pasaje Dardo Rocha, entre el 27 de septiembre y el 2 de octubre de 1927, ante un auditorio colmado. 

A  casi 100 años de aquellos días dorados, el fervor por el tango sigue vigente. 

Como prueba sirve el centenar de personas (como mínimo) que todos los viernes a las 19 se reúne en el patio del Rectorado de la UNLP , ubicado en 7 y 47, para participar de las clases libres y abiertas a cargo de profesores de la Casa del Tango La Plata, una de las asociaciones civiles que forman parte de la casa académica. 

La Casa del Tango La Plata, dirigida en la actualidad por Alberto Alba, es una institución de carácter civil fundada en el año 1982 con el objetivo de difundir el tango en todas sus expresiones: canto, danza e instrumentación. 

Abuelas, jóvenes, matrimonios o grupos de amigos se acercan al salón de estilo clásico de la casa académica y se agrupan en torno  a los profesores de acuerdo a sus niveles. 

En los parlantes suena una melodía de Juan D’Arienzo. Dos chicos de no más de 25 años se miran y comienzan a  bailar la pieza. Quizás  esta pequeña escena sea la prueba más evidente de que, en nuestra ciudad, el tango tiene futuro. 

Un encuentro para todas las edades

Lucio Chávez (26 años)“Un profesor de primaria me inculcó el amor por la danza del tango y eso estuvo conmigo desde entonces.  Es algo emocional y sentimental que tiene mucho que ver con la cultura argentina. El tango es algo que se siente al bailar”.

Mariela Maldonado (34 años)“Soy una de las profesoras. Bailo tango desde que tengo 6 años. La gente viene a divertirse y a despejarse. Es viernes, muchos han terminado la semana y la verdad que escuchar y bailar música junto a un amigo o amiga es algo maravilloso”.

Hugo Carreón (73 años)“Yo soy boliviano y me vine a La Plata cuando era muy jovencito. Soy un egresado de esta Universidad. Cada vez que vuelvo a Sucre me piden que, ya que vivo en Argentina, baile tango. Me daba vergüenza no saber. Ahora ya puedo demostrar”

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