Fingió su muerte hace cuatro años y ahora descubren por Facebook que vive en Brasil

El empresario Ariel Leites Do Santos había desaparecido en enero de 2011 en el río Uruguay. Tras varios días, lo dieron por muerto. Fue descubierto luego de escribir un mensaje y subir fotos: "No estoy muerto, estoy de parranda, jajajaja"

Ariel Leites Do Santos es el protagonista de una insólita historia que involucra deudas, engaños, muerte y Facebook. Todo comenzó cuando este empresario, de 44 años, fingió su propia muerte en enero de 2011 en el río Uruguay, en Misiones y cuatro años después se descubrió gracias a la red social que vive en la ciudad brasileña de Curitiba.

En aquel verano, Leites decidió pasar el día junto con amigos en las costas del río Uruguay, cerca de la localidad de Panambí. Entró en el agua y de un momento a otro desapareció. Lo buscaron por tierra y aire, con helicópteros, buzos y un gran número de agentes que no pudieron encontrar rastros, y todos lo dieron por muerto. A partir de ese momento, comenzaron una serie de especulaciones sobre su muerte. Lo que sí se pudo conocer es que el hombre era dueño de una empresa dedicada a la informática y algunos emprendimientos turísticos en Oberá y que tenía un importante caudal de deudas que le impediría seguir con su actividad.

El hecho derivó en un expediente judicial caratulado como "desaparición de persona" y permaneció en un juzgado hasta este momento. Luego de desaparecer Leites, una joven con la que mantenía una relación amorosa clandestina partió a Brasil. Con ella formó pareja en Curitiba y tendrían un hijo pequeño. Sin embargo, cuando ya había pasado al olvido, increíblemente reapareció a través de las redes sociales. Primero se contactó con una vieja amiga: "No estoy muerto, estoy de parranda, jajajaja", fue el mensaje que le envió.

De a poco fue poniéndose en contacto con algunos de sus amigos. Incuso con aquellos que habían participado del operativo de búsqueda. Su padre, Bernabé, admitió ayer que hace más de un año su hijo lo llamó para decirle que estaba en Brasil y que oportunamente iba a contarle lo que sucedió, pero nunca volvió a contactarse. Sin embargo, el empresario dio un paso en falso y comenzó a subir fotos a Facebook. "Me fui porque no tenía otra opción; fue por motivos de seguridad mía y de mis familiares", le dijo a un medio local.

Se lo ve con el pelo corto, como usaba antes, pero ahora porta barba. En las fotografías que circularon por las redes sociales se lo ve abrazado con una mujer y también jugando con un niño pequeño.

“Ariel hizo desastres en Oberá. Estafó a un montón de gente, desde empresarios hasta los kioscos del barrio. No pagaba los alquileres y algunos le tenían marcado. Llegó un momento que debía demasiada plata, parece que se metió con usureros y no le quedó otra que hacerse el ahogado. Nunca encontraron el cuerpo, sólo una malla, y desde el principio los que lo conocíamos sospechamos de algo raro, que era capaz de hacer cualquier cosa”, comentó un allegado al diario El Territorio Digital.

La causa podría modificarse en caso de constar denuncias previas por estafas, y la Justicia podría ordenar su captura.