Graduados con honores y lejos del hogar

Daniel, Diego, Jimena y Marcelo nacieron en el interior, distanciados de los tilos y las diagonales. Estudiaron, se recibieron y consiguieron trabajo con la ayuda económica de la Universidad. Son la primera camada de becarios que ya son profesionales y contaron sus historias al diario Hoy

Hasta el año 2011, Daniel Gorrer fue uno de los 3.000 habitantes de Rolón, un pueblo rural bonaerense que está a dos kilómetros del límite con la provincia de La Pampa. Desde chico, su mundo era al aire libre: le gustaban la naturaleza, las plantas y los animales. Cuando terminó la escuela quiso estudiar lo que más le apasionaba, pero su familia no tenía suficientes recursos para pagar una pensión o un departamento lejos de su hogar. 

Ese año abrió sus puertas el Albergue Universitario, dentro del Programa de Igualdad de Oportunidades para Estudiar de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Gorrer se presentó y accedió a un beneficio que contempla beca para alojamiento, comidas diarias y medios de transporte. 

Los requisitos eran simples, por lo que lo más importante era aprovechar la oportunidad. Y Daniel Gorrer lo hizo: en algo más de cinco años se graduó como licenciado en Biología y comenzó un doctorado para la Facultad de Ciencias Naturales y el Conicet. “Llevar la carrera al día es fácil cuando vivís en un lugar como éste, con habitación propia, comidas, un lavadero, wifi, espacio para el esparcimiento”, relató Daniel a las autoridades universitarias, que hicieron la recopilación de algunos casos.

Durante este año, el Albergue cobijó a otros 120 hombres y mujeres en condiciones similares a las de Gorrer: estudiantes del interior del país que no cuentan con recursos económicos para pagar un alquiler a los valores del mercado inmobiliario actual. Diego Ibáñez Roka, Jimena Potín y Marcelo Petit son algunos de ellos.

Diseñadores, administradores y odontólogos

Diego Ibáñez Roka vino desde Tandil a estudiar Diseño en Comunicación Visual. También obtuvo en cinco años su título de grado. Después comenzó a trabajar en la Secretaría de Arte y Cultura de la UNLP. Para Ibáñez, “la experiencia de todos estos años ha generado un mejor funcionamiento de la institución. La convivencia es buena porque las reglas están claras”.

Jimena Potín nació en Dolores. Terminó la carrera Licenciatura en Administración a buen ritmo, y ahora está haciendo una pasantía en una importante industria ubicada en el Gran Buenos Aires. “Sin la beca no podría haber terminado, porque tendría que haber trabajado desde el comienzo de mi carrera, con todo lo que eso implica”, afirmó Potín. 

El entrerriano Marcelo Petit llegó un poco después de 2011. Se recibió de odontólogo, y un tramo importante de su carrera la realizó viviendo en el Albergue. Hoy trabaja de su profesión en la Ciudad de Buenos Aires. Sobre el tema, el egresado destacó que “es muy importante que durante toda la etapa de transición, entre que te recibís y conseguís trabajo, el Albergue continúe conteniendo y apoyando al egresado”. 

Requisitos simples y un predio cinco estrellas

Los 120 habitantes becados del Albergue Universitario disfrutan todos los días de un predio imponente: 7.340 metros cuadrados, tres módulos habitacionales, un edificio de dos plantas con el área administrativa y un comedor muy grande, de 200 metros cuadrados cubiertos. Además, el complejo tiene un salón de usos múltiples, lavadero y una sala de recreación que incluye pool y metegol. También tiene un área polideportiva: dos canchas de paddle, una de fútbol 5 y otra de básquet.

La beca del Albergue busca garantizar el acceso, la permanencia y el egreso de los estudiantes. Según Joaquín Soler, su director, ahora persigue una meta adicional: sostener a los flamantes graduados desde el momento que dejan la facultad hasta su inserción laboral.

La beca para el Albergue Universitario es para ingresantes o para estudiantes avanzados. Para inscribirse, deben ingresar al sitio https://becas.unlp.edu.ar entre el 1º de noviembre y el 2 de diciembre de este año, registrarse y completar los formularios. Luego se entrega la documentación que incluye datos filiatorios, constancias de estudio y una carta de intención explicando la razón de su necesidad.

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