Grieta en la Universidad: qué se juega en el conflicto de Medicina

La intervención de la UNLP, en torno a la disputa entre estudiantes y autoridades de la Facultad, da cuenta de los fuertes antagonismos hoy presentes. Las posturas de cada uno

Acusaciones cruzadas, argumentos retóricos, números duros y basamentos ideológicos conforman el arsenal del que disponen a ambos lados de la histórica grieta que divide la Universidad. La reciente decisión del Consejo Superior (CS) de la UNLP, que ordenó una auditoría financiera y académica en Medicina y exigió un nuevo recuperatorio para los aplazados, puso de manifiesto la tajante división que hay entre esa unidad de estudio y el resto de la UNLP.

Desde hace más de veinte años, la relación entre la Facultad de Ciencias Médicas (FCM) y la Universidad está constituida por fuertes tensiones. A principios de la década del ´90, la conducción de FCM (Hoja de Roble) reinstauró el ingreso eliminatorio. Desde allí, la disputa interna por el examen de ingreso atravesó álgidos capítulos.

En 2005 el CS emitió una resolución instando a la FCM a cambiar su programa. Pero las autoridades de esa unidad de estudios recurrió a la Justicia, que le dio la razón invocando la Ley de Educación Superior (LES) vigente. En 2008,  un nuevo round: la UNLP modificó su estatuto y estableció el ingreso irrestricto, pero otra vez el tribunal supremo falló en favor de Medicina con similares argumentos (invocación de la LES vigente). En 2010, en tanto, el CS determinó iniciar un Juicio Académico a las autoridades de la unidad de estudios de 60 y 120, en el marco del conflicto por las prácticas finales, que a la postre fue suspendido gracias a una orden judicial.

Visiones opuestas

Estas disputas están motorizadas por visiones antagónicas sobre el desarrollo académico y profesional de la medicina. La postura de las autoridades de la Facultad puede sintetizarse en la frase “la masividad atenta contra la excelencia”. Los argumentos que la sostienen son la falta de recursos materiales y humanos para abordar un aluvión de ingresantes.

Los estudiantes contraponen algunos números a aquella postura: afirman que en 1990, antes del ingreso eliminatorio, había 17.000 alumnos. “Las autoridades actuales se formaron en esos años y con esas condiciones. Había bandas horarias y organización. Ahora, lo que no hay es voluntad política”, le dijo Rocío 

Mereles, presidenta del Centro de Estudiantes, al diario Hoy, y agregó que “el promedio de los egresados se mantuvo: 6,44 en 1990 y 6,54 actualmente”.

Desde el decanato subrayan dos condicionantes: el ausentismo de los ingresantes a los parciales y las deficiencias cognitivas con la que llegan desde la secundaria. Ana Lía Errecalde, decana de la FCM, explicó a Hoy que “el promedio de ingreso a la Facultad era de 400 alumnos al año. En esas épocas teníamos el 90% de egreso, cuando la media de las facultades era de 22 a 24% de egreso”.

Y en ese sentido, Errecalde soltó una apreciación polémica: “Está bien, hacíamos la selección previa con el examen de ingreso. Ahora la selección se hizo en el primer año”.

Los estudiantes y un sector del profesorado tienen una postura que está en las antípodas. Sostienen que la actual conducción de la Facultad expresa una visión “elitista y excluyente”. Los más radicales afirman que “son referentes de la medicina privada. Dejan afuera a cientos  y con un claro propósito: hacer de la medicina un negocio para pocos. Así orientan el plan de estudios, así dejan afuera a miles”.

Lo cierto es que esta disputa atraviesa un nuevo capítulo. El desenlace suena imprevisible.

Debate académico en el Rectorado 

Tras un llamado a profundizar la articulación entre la escuela media y la universidad, ayer por la mañana comenzó la primera jornada del encuentro del Consejo Regional de Planificación de la Educación Superior 

Bonaerense (Cpres BON), del que participan rectores, funcionarios y especialistas. 

Al abrir el encuentro, el director general de Cultura y Educación de la Provincia, 

Alejandro Finocchiaro, instó a los rectores a priorizar la articulación de los distintos niveles. “Estamos enviando a las universidades chicos que no pueden comprender textos ni resolver ecuaciones matemáticas simples, que carecen de metodología de estudio. Esto marca claramente que se han hecho mal las cosas. Si queremos mejorar es imprescindible articular entre escuela media y universidad”. 

Por su parte, la subsecretaria de Gestión y Coordinación de Políticas Universitarias, Danya Tavela, advirtió la necesidad de “partir de un diagnóstico común y poder trazar estrategias de acción concretas”.

Finalmente, el presidente de la UNLP, Raúl Perdomo, instó a “involucrar a las universidades en los temas de fondo”.

 El encuentro continuará hoy en el Rectorado con nuevos paneles de discusión, talleres y conferencias.