Hijos después de los 40: entre las presiones y la naturaleza

En el afán de desarrollarse profesionalmente, tener una casa propia o un mejor ingreso económico, muchas parejas deciden postergar la llegada del primer hijo. ¿Qué dice el reloj biológico?

En las últimas décadas, los países occidentales comenzaron a registrar una nueva tendencia en relación a la natalidad: cada vez son más las parejas que deciden postergar la llegada del primer hijo. Sin embargo, esta decisión (que está estrechamente vinculada con los nuevos roles y las exigencias de la sociedad actual) no siempre es aconsejable desde el punto de vista biológico. 

Si bien esta situación se ve con mayor claridad en los países desarrollados, en la Argentina cada vez son más los hombres y las mujeres que desean tener hijos después, al menos, de los 35 años. Según un estudio de la consultora IGNIS, en nuestro país hay alrededor de 492 mil personas de entre 25 y 39 años, de clase media y media alta,  que viven en pareja pero que postergan la paternidad en pos de afianzarse en su profesión y mejorar los ingresos económicos para poder llevar adelante una vida en la que se puedan dar ciertos gustos como, por ejemplo, viajar.

Sin embargo, más allá de esta condición sociocultural, el cuerpo humano parece tener otros tiempos. En diálogo con Hoy, el doctor Miguel Ángel Tomas, miembro de la Sociedad Argentina de Medicina reproductiva, explicó: “Desde el punto de vista médico, esta postergación tiene desventajas porque el paso del tiempo incide directamente en el ‘nivel’ de fertilidad”. 

En este sentido, el médico explicó que “a partir de los 35 años, la mujer empieza lentamente a declinar la función ovárica. Este proceso se observa hasta que llega a los 40 años, edad en la que el embarazo se hace bastante más difícil”. El experto agregó que esto sucede porque “el lobocito es una célula que nace con la mujer y, desde el punto de vista biológico, en esta etapa de la vida estamos hablando de óvulos añosos”. 

Los hombres pueden esperar más

Aunque la decisión de una pareja de postergar la paternidad es compartida, la realidad indica que mujeres y hombres no tienen el mismo “reloj biológico” y que los varones pueden esperar un poco más. “Los espermatozoides nacen y mueren a cada minuto, lo que significa que siempre hay esperma joven, recién nacido. Igualmente la edad también influye pero en ellos, la fertilidad empieza a declinar después de los cincuenta”, indicó Tomas. 

Además, el experto indicó que las diferencias biológicas entre los hombres y mujeres también radican en cómo producen células reproductivas: “El hombre tiene un millón de espermatozoides en un centímetro cúbico mientras que la mujer tiene sólo un óvulo en cada ciclo, lo cual significa apenas doce en todo un año”. 

¿Cómo tomar una decisión?

“Toda esta situación es desde el punto de vista biológico y es por eso que se recomienda que el embarazo se produzca en una etapa previa. Sin embargo, también entendemos que haya factores sociales y culturales que tengan gran influencia”, apuntó Tomas. Por este motivo, los expertos insisten en que, a la hora de planificar una familia, las parejas puedan ser criteriosas y no evaluar un único costado del asunto.