Un viaje a la Edad Media con fines solidarios

Historia y color en fiesta medieval a beneficio

Más de 500 personas se hicieron presentes en la Vilwareen Fest, un encuentro fantástico y un viaje al medioevo que sirvió para recaudar fondos para la Escuela Nº10

Ayer, en la Escuela Nº10 de calle 16 entre 47 y 48, una gran cantidad de público concurrió a la Vilwareen Fest, una fiesta en la que los presentes pudieron sumergirse por unas horas en el mundo de Tolkien, poblado por elfos, caballeros, hadas y brujas. 

El evento, que comenzó al mediodía y finalizó cerca de las 19, sirvió para que la cooperadora de la escuela Ricardo Gutiérrez pudiera recaudar fondos para la refacción de uno de los baños de la institución. “Nos sorprendió la gran concurrencia. Nos pareció algo original y estamos muy contentos con la gente que vino” dijo Paula Relli, de la cooperadora escolar.  

Durante toda la jornada se pudo disfrutar de variados espectáculos de música en vivo, danza y narraciones. A su vez, el acontecimiento contó con una importante cantidad de puestos de comida, artesanías vinculadas a la temática, maquillaje artístico, armas, quesos y cerveza artesanal. 

Hugo Kisil, más conocido como “Kaban”, no tuvo que esforzarse demasiado para disfrazarse de nórdico. Le bastó un sombrero de la región, ya que su fisonomía avala su descendencia sin necesidad de ningún estudio de genética.

Kisil expuso un stand de embutidos. “El ahumado es el primer sistema de conservación de la carne. Los nórdicos tenían carpas muy altas con un agujero en la punta donde colgaban sus presas. Con el tiempo se dieron cuenta de que el humo que les llegaba secaba la carne y comenzaron a sistematizar ese método, que es el mismo que estoy ofreciendo ahora” dijo. 

Por su parte, Chinchiya Arrakena, organizadora del evento, disfrazada de cazavampiros, expresó: “Todo aquello que escapa un poco de la realidad y que da un vuelo a la imaginación entra en este gimnasio, pero también aquellas cuestiones vinculadas con la historia del medioevo. Acá hay personas que nos remiten a épocas de los cruzados, de los moros y de otras civilizaciones”

Sin lugar a dudas, el mayor atractivo de esta celebración resultaron ser los disfraces. No faltaron hadas, monjes, magos, guerreros, princesas ni doncellas.

“No estoy encarnando ningún personaje. Pertenezco a una orden templaria y estoy vestido como un soldado de mi organización. Estoy acá como recreacionista, pero en realidad soy un caballero” dijo Michael Ivanhoe, que en la semana se desempeña como ingeniero y se llama Eugenio Rojas.

“Por un momento me sentí en El Señor de los Anillos” dijo Néstor Sanasi, uno de los pocos presentes que no fue disfrazado. El hombre agregó: “Más allá de la extravagancia de los vestuarios, lo más llamativo es que el menú fue excelente”.

Apenas caída la tarde, todos volvieron al mundo real: un fin de semana sin fútbol y un domingo de frío y lluvia. La Edad Media volvió a estar a más de 600 años de distancia, pero pronto los baños de la Escuela N°10 parecerán del siglo XXI.