La cocina de la solidaridad

Para poder ayudar no es indispensable tener una ONG o una fundación. A veces alcanza con sola una pizca de creatividad y un buen corazón. 

 En Los Hornos, dos mujeres advirtieron las condiciones de miseria en la que viven muchos chicos de la zona y diseñaron una estrategia para asegurarles un plato de comida. Crearon “Cocineros por un día”, una cruzada solidaria en la que se convoca a la gente a preparar platos calientes para los más necesitados.

Aunque reciben con brazos abiertos cualquier tipo de donación, desde elgrupo priorizan la comida ya preparada por una cuestión elemental: las precarias casas donde viven los niños beneficiados no tienen cocina. “Invitamos a la gente a preparar los platos en sus casas, viandas para 20 o 30 chicos, y después nosotros nos encargamos de repartirlas” dijo a Hoy Roxana Carrizo, una de las creadoras de este proyecto. “Nosotras somos proteccionistas de animales, pero al advertir las condiciones en las que viven los chicos del barrio nos vimos obligadas a hacer algo. Se nos ocurrió esto”, agrega.

El corazón, en Los Hornos 

Con apenas tres semanas de vida, el proyecto ya consigue alimentar a 30 niños del asentamiento ubicado en las calles 139 y 76, y van por más. En el corto plazo pretenden cubrir los cuatro asentamientos ubicados en las inmediaciones del barrio. “Intentamos que las viandas sean comidas nutritivas. Los cocineros hacen guisos, milanesas, empanadas”, dice Carrizo.“Hay un señor que tiene 91 años y que una vez por semana prepara platos exquisitos. El otro día preparó lasaña con albóndigas”, explicó agregando que “la elección corre por cuenta del cocinero”. 

Sus fundadoras afirman que todavía quedan muchas cosas por pulir para que el proyecto funcione a la perfección, pero no dejan de sorprenderse con todo lo que se logró en tan poco tiempo: “Acá hay mucha gente que trabaja de manera silenciosa por el solo hecho de ayudar” dice Andrea Quinteros, otra fundadora del proyecto. 

Todos los días, en la puerta de la casa de Quinteros, se forma una fila de chicos que esperan ansiosos su ración diaria: “Tratamos de no dejar sin comer a nadie” explica, y agrega que “se necesita de todo: chapas, leche, ropa, frazadas y también cocineros que quieran seguir preparando comida desde sus casas”.     

El próximo sábado, una chica del barrio cumplirá 15 años. En las condiciones de vulnerabilidad en que vive, si había algo en lo que no pensaba era en su fiesta. A través de la cuenta de Facebook Cocineros por un día, una mujer se ofreció a prepararle una torta de cumpleaños. Otra dijo que ella se encargaba de confeccionarle un vestido. Una tercera ofreció amasar unas pizzas. La joven, ahora piensa en su fiesta y visualiza más que la comida. Este tipo de dignificación puede integrar a todos con solo un clic a la distancia.