La Virgen de las Cenizas

El primer coliseo bonaerense atesora una leyenda que ha resistido al fuego, a decisiones políticas y varias peripecias. Es la imagen de María, que tras el feroz incendio de 1977 pasó a llamarse la Virgen de las Cenizas. La obra fue restaurada por el joven escenógrafo platense, Zacarías Gianni

Hay un poder que está más allá de la materia, de todo lo que se puede tocar o ver con los sentidos físicos. Le llaman poder metafísico, o como señalan los creyentes, el poder que otorga una Fuente superior, una energía celestial. Algo de eso se percibe en torno a la Virgen del teatro Argentino, que el martes se mostró reluciente, renovada, como si hubiese recibido un lavado de cara. De hecho, está más hermosa. La tuvo entre sus manos, día y noche, el escenógrafo y maquetista Zacarías Gianni (nacido el 20 de septiembre de 1984, en La Plata), un muchacho desbordante de inquietudes que ni siquiera “estaba en los planes” cuando el gran coliseo fue víctima de las llamas el 18 de octubre de 1977… incendio que arrasó con casi todo, pero no pudo con la Virgen.

Actual trabajador del teatro, hijo y discípulo del escenógrafo y vestuarista durante 50 años, Carlos Gianni –fallecido-, el joven Zacarías transmitió el pasado martes en el foyer del primer piso los pormenores de la nueva versión de la Virgen de las Cenizas, que durante varios años estuvo archivada. 

Contó que también participaron el director de arte, escenógrafo y realizador cinematográfico Eugenio Zanetti (ganador de un Oscar), que aportó la idea original para la restauración y se encargó de pintar el rostro, y Sandra Altinier, que implementó la idea y pintó el resto de la imagen y simbolismos. “El proyecto fue posible gracias al apoyo económico de la Fundación Teatro Argentino”, remarcó Gianni.

Estuvo en la Catedral

Haciendo historia, la virgen originalmente fue construida en cartapesta, y el manto de tela engomada está hecho en liencillo y sus manos son de yeso. Fue culpida por quien terminaría siendo jefe de utilería de la antigüa sede teatral, Dino Orlandini, un italiano que ingresó a trabajar en el Argentino como cantante. Era entonces el gobernador de la Provincia el general Ibérico Saint-Jean. Eran tiempos donde la cultura educativa exhibía una diferencia como del día a la noche respecto al presente. La Virgen salvada del fuego (por algún poder de los que hablan los místicos) fue trasladada a la Catedral y a varios templos de nuestra ciudad, hasta que regresó al Teatro. El restaurador, que utilizó técnicas y elementos del más alto nivel, le contaba a diario . Si bien sirvió para la ópera “Tosca”, con el paso del tiempo fue captando la atención de devotos quienes dejaban velas encendidas, flores, peticiones. Hoy, desde su 1,63 m. de altura y 50 cm. de ancho, emplazada sobre un pedestal negro de 30 cm., espera por más visitantes, tal vez siendo testigo muda de nuevos sucesos sobrenaturales.

Para los memoriosos: la maqueta del primer Teatro

Este año Zacarías Gianni consiguió otro “podio” de reconocimiento gracias a sus manos y a ese corazón que se encantó con el ambiente artístico. Fue en marzo que presentó una réplica del primer Teatro Argentino, cuya estructura renacentista fuera demolida luego del siniestro del ‘77. Con todos los detalles arquitectónicos, Gianni lo reprodujo en 1.40 por 1.30 metros, incluyendo en las afueras el “jardín de la paz”.

Gianni se crió jugando en el Teatro, mientras su papá Carlos trabajaba como escenógrafo. Y mientras papá pasaba largas horas, él aprendió un oficio que no se enseña en ningún lado: maquetismo. Como una forma de reconocimiento, se ofreció a armar el primer Teatro en escala 1:100, una joyita que conmovió a los memoriosos.