Asisten a miles de familias de la región

Los excombatientes de Malvinas que se convirtieron en los “ángeles de los humildes”

Denominados “Los Cuatro Locos”, un grupo de amigos que se conocieron durante la guerra están al frente de una cruzada solidaria con la que brindan asistencia a más de 2.500 familias de La Plata y Berisso

En su trabajo como encargado de mantenimiento de una precaria escuela de City Bell, Daniel García Cueto, un excombatiente de Malvinas de 55 años, advirtió que los alumnos tenían vulnerados derechos tan elementales como el de alimentarse dignamente. Por eso convocó a tres amigos que conoció en la guerra para formar un grupo que traspasó los límites de la institución educativa y que hoy brinda asistencia a más de 2.000 familias de La Plata y a 500 de Berisso. 

Esta agrupación, denominada los “Los Cuatro Locos”, se completa con Gustavo Goral, Juan Carlos Mancowsky y Gustavo Di Luca. Ellos, que conocieron el hambre y el frío en Malvinas cuando apenas tenían 19 años, hoy hacen lo imposible para evitar que otros pasen por lo mismo. “Durante la guerra nos hicieron grandes donaciones que nunca llegaron, por eso nuestra misión es que aquello que recibimos llegue a la gente. Si nos entregan 1.500 paquetes de fideos, nosotros entregamos 1.501”, afirmó Gustavo Di Luca. 

Este grupo, que supo ganarse la confianza de más de 160 empresas que colaboran con su causa, entrega semanalmente más de 1.400 litros de leche, ropa, alimentos no perecederos, colchones, materiales para la construcción, membranas para techo y cualquier otra cosa que se necesite. Además, desde su oficina, que funciona en la sede de Defensa Civil de la Municipalidad de La Plata, coordina para ayudar a personas que sufrieron incendios en sus casas. De esta manera, mientras reubican por 72 horas en clubes o delegaciones a las familias que fueron damnificadas por siniestros, “Los Cuatro Locos” se encargan de limpiar el terreno y de montar, en tiempo récord, casillas de madera para que la gente pueda vivir bajo un techo. 

Remarcando la labor de estos hombres, Rodrigo Páez, subsecretario de Defensa Civil, dijo que “es gente que le pone mucha voluntad al trabajo y lo hace por vocación”. Cabe destacar que, pese a tener una oficina en una delegación municipal, el grupo trabaja de manera autónoma e independiente. 

Así lo explicó Gustavo Di Luca, quien en diálogo con diario Hoy sostuvo: “Cuatro excombatientes somos más rápidos que el Estado para resolver los problemas de la gente. Dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo a esto. A veces arrancamos a las 8 de la mañana y terminamos recién a las 22. Esto nos pone contentos y nos reconforta pero, a la vez, nos entristece que haya tantas personas necesitadas”.  

Según Di Luca, que trabaja en la oficina municipal de Veteranos de Guerra de Berisso, más allá de las necesidades de los vecinos, otra de sus motivaciones fue la voluntad de “devolverle a la gente lo que nos dio al regresar de Malvinas”. 

Además de energía y tiempo, esta actividad solidaria les insume dinero. “Lo que no se consigue por donaciones sale de nuestros bolsillos. Todos los meses hacemos un fondo común para comprar lo que haga falta”, explicó al respecto Daniel García Cueto. “Mi señora me reclama que le dedico más tiempo a esto que a la familia”, agregó entre risas este hombre, que fue el encargado de traer de regreso al país la única Bandera Argentina recuperada durante la Guerra de Malvinas.  

 A cambio de su trabajo, estos hombres, que por su accionar fueron denominados en los barrios como los “ángeles de los humildes”, reciben una retribución que el dinero no puede comprar. “Cuando llevamos la leche y los chicos te sonríen, te abrazan o se ponen alrededor tuyo, eso es impagable”, concluyó Daniel García Cueto. 

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