Nuevas tecnologías, un arma de doble filo entre los jóvenes

Los más chicos pasan horas frente a las pantallas, en desmedro de actividades como el estudio. En diálogo con Hoy, los especialistas analizan la problemática

En el siglo pasado, el escritor Jorge L. Borges imaginó el paraíso bajo la forma de una biblioteca. En la era actual, mediatizada por las nuevas tecnologías, con pantallas prendiendo y apagando a toda hora, esa metáfora parece quedar anacrónica: cuesta dejar el teclado por un libro; el diálogo interpersonal pierde terreno frente al virtual y la relación entre padres e hijos adquiere nuevas formas. Fiel a sus fines, el mercado monta el nuevo escenario y se puede resistir o sucumbir a las necesidades que él mismo crea. En diálogo con Hoy, especialistas analizan y proponen alternativas a la problemática.  

La socióloga y profesora universitaria platense, Lucrecia Arceguet, advierte, en comunicación con este diario, que “si éstas tecnologías se utilizan para incentivar el estudio es fantástico, pero la mayoría de los chicos dedican el tiempo de sus tareas a meterse en Facebook o a jugar en la PC, lo cual me parece lamentable. Ya nadie va a la biblioteca y me aflige mucho ver los trabajos flojos de mis alumnos, notar que la educación está bajando”.

Por su parte, la Doctora en Ciencias sociales -autora del libro Infancias entre pantallas (Ver aparte)-, Carolina Duek, relata a Hoy que “hay un problema respecto de qué hacemos con la tecnología” y, según asegura, “la clave está en las alternativas disponibles. Si el chico pasa tres horas jugando en la computadora, lee un rato y se va a la plaza, está bien; pero si llega del colegio, hasta las 19 no salen sus padres del trabajo y están solos en su casa, la computadora es lo único que tienen”. Para esos casos, Duek propone “sentarse a leer junto al hijo, por ejemplo; aunque cada vez tenemos que trabajar más horas y si el padre llega arruinado del  no se le puede exigir demasiado”.

Las causas del aislamiento

La crisis económica actual atraviesa ese análisis y, sobre ella, Arceguet profundiza  que “se hace difícil salir a la calle por los costos, la situación económica influye muchísimo; también la inseguridad, que hace que te asustes y te quedes en tu casa, usando las nuevas tecnologías. Otra complicación es el modelo de familias de padres separados, donde ambos trabajan y tienen que combinar horarios para atender a sus hijos”.

En ese sentido -completa Duek-, hay una conjunción entre las estrategias del mercado, el mercado del trabajo y la segmentación de los públicos, porque “el mercado garantiza que detrás de cada pantalla haya una persona y que sea cada vez más difícil compartir una computadora o televisor.  Se multiplican los TV, las computadoras, y el que gana 

es el mercado”.

La situación tiende a que cada individuo se encapsule, se aisle en su universo virtual, pero distintas opciones pueden ayudar a revertirla:  “Los dispositivos no están concebidos para ser compartidos -nadie está dispuesto a prestar su computadora personal-, entonces, si el mercado segmenta, una forma de resistir sería que el padre y el hijo jueguen el mismo juego”, propone Duek, y añade que, además, “están  las alternativas no electrónicas, en las que se ponen en discusión todas las construcciones del mercado. Cuando un papá agarra una pelota, o la ropa de una muñeca y se pone a jugar no hay nada tecnológico;  cuando se propone un plan razonable el chico apaga todo, porque hay un momento en el que lo único que quiere es estar con sus padres”. 

Límites, recompensa y castigo

Por su parte, Arceguet sostiene que es necesario que los padres “pongan límites. Hay que explicar que hay otras cosas además de lo virtual y mirar qué es lo que hace su hijo en la PC” porque “ya hemos visto casos de niños que de-

saparecen por sus amistades en Facebook, porque uno puede inventar perfiles para seducir a los chicos. Todo esto es un arma de doble filo, por eso es importante el control familiar y la toma de conciencia del que debe estudiar. En esta sociedad nos movemos siempre a través de la recompensa y el castigo, es decir, hay que explicar que si hacen buen uso de la tecnología, estudian y después usan las redes tendrán una recompensa y sino un castigo”, concluye.

Infancias entre pantallas, un abordaje desde la comunicación

En Infancias entre pantallas, la Doctora en Ciencias Sociales, Carolina Duek, estudia la relación entre los chicos y las pantallas con las que conviven para analizar los principales mecanismos de los medios de comunicación masivos para la construcción de una infancia funcional a sus intereses, es decir: “la publicidad crea la sensacion de niños autónomos, independientes, muy participantes en el universo del consumo y el mercado, pero invisibilizando el conflicto”, precisa la investigadora sobre este abordaje en el que trata de “desnaturalizar algo que parece que vemos todos los días. Porque, con sólo preguntarnos ¿qué nos pasa que estamos todo el día conectados? ya se da un gran paso”. 

Infancias entre pantallas fue editado por Capital Intelectual.

El T.E.G: de la mesa al iPad 

El clásico juego de mesa de estrategia, lanzado por primera vez en 1978, ya tiene una versión para las tabletas iPad de Apple, a 4,99 dólares. 

A su vez, se espera que el T.E.G. Móvil también disponga de una aplicación para las tabletas con Android, que tendrá un costo similar a la versión para el iPad, al igual que una edición para Windows 8. Ambas se suman a las versiones del juego online, ya existentes.

La presentación de la adaptación fue hecha por el fabricante de juegos de mesa Yetem, en asociación con Window Games, también responsable de la versión electrónica de Carrera de Mente.

Tuenti, la nueva red social

Esta semana llegó al país Tuenti, la red social que se propone como una alternativa a Facebook, con servicio de mensajería instantánea multiplataforma e integrada a la telefonía móvil, con el foco puesto en la simplicidad. Con ella, Telefónica pretende competir en el mercado de las redes sociales y la mensajería instantánea, además de reinventarse en el de la telefonía.

El servicio, que recién llega a la Argentina, fue creado en 2006 en España.