La experiencia contada por uno de los científicos

Radiografía de la misión espacial de la NASA en los cielos patagónicos

El organismo aeroespacial norteamericano desembarcó en el país para observar el asteroide 2014MU69. La experiencia, contada en primera persona por uno de los científicos participantes 

Desde las 0.36 de ayer, una misión conformada por sesenta científicos de la NASA, tres de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) y varios colaboradores de distintas universidades del país observaba el cielo en Chubut y Santa Cruz, y recogía datos sobre el asteroide 2014MU69 que podrían servir para desentrañar, entre otros misterios del universo, cómo se formó el Sistema Solar.

“La misión consiste en realizar una medición con una técnica astronómica de ocultación, observando un cuerpo que pasa frente a otro cuerpo brillante más grande”, explicó a diario Hoy, Stanislav Makarchuk, el responsable de Cooperación en Proyectos Internacionales de Exploración del Universo y de Navegación Satelital por la Conae. El investigador, de 45 años, detalló que “cuando un planeta o asteroide pasa frente a una estrella se lo puede ver con un telescopio y obtener mayor información sobre su tamaño y su órbita, además de saber si tiene satélites acompañándolo o si posee anillos”. La información obtenida será crucial para decidir qué tanto podrá aproximarse la nave New Horizons durante la maniobra de acercamiento prevista para el 1º de enero de 2019.

Anoche, la observación duró tan solo dos segundos, y se lo captó desde distintos ángulos. La ocultación generó una sombra que pasó por la Patagonia y fue visible desde el sur de Chubut y el norte de Santa Cruz, aunque solo desde los telescopios.

Para que todo saliera bien, los responsables de la misión instalaron 25 telescopios portátiles de precisión, de unos 200 kilogramos cada uno, separados entre 8 y 10 kilómetros entre sí, que permitieron observar las características del asteroide, situado a una distancia aproximada de 6.000 millones de kilómetros, es decir 45 veces más que la distancia que hay entre la Tierra y el Sol.

Los cielos patagónicos fueron el mirador ideal para el 2014MU69, tanto que atrajeron a los científicos norteamericanos. “Es por la trayectoria que se dio esta vez”, explicó Makarchuk. La campaña anterior se había hecho en Mendoza y Sudá­frica y otra, reciente, en Nueva Zelanda.

 

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