Robots: el mundo que se viene

El investigador suizo Rolf Pfeifer, máximo exponente mundial en materia de robótica e inteligencia artificial, brindó una conferencia en el Planetario de La Plata. Explicó detalles del humanoide Roboy y habló del mundo que se viene. En una cobertura exclusiva, Hoy te brinda los detalles

En un hecho histórico, el Planetario de la UNLP fue el lugar donde se hizo presente una eminencia en la robótica y la inteligencia artificial. Ayer por la tarde, con la presencia de 200 personas (entre científicos, representantes de la embajada suiza, docentes y público en general), el investigador suizo Rolf Pfeifer apareció en escena y fue recibido con un cálido saludo. Había llegado a la Argentina unos días atrás y desde entonces, se dedicó a difundir sus conocimientos en robótica e inteligencia artificial. "Un día así de lindo en Suiza, no hubiera habido tantas personas", deslizó pícaramente para arrancar con la exposición de Soft robotics: “la próxima generación de máquinas inteligentes”. También presentó un proyecto que servirá para “prepararse para vivir con robots”, según sus palabras.

El investigador suizo es considerado el máximo exponente mundial en materia de robótica e inteligencia artificial. Es profesor del Instituto de Robótica y Procesamiento Inteligente de la Información de la Universidad de Shanghai Jiao Tong (China), y de la  Universidad de Osaka (Japón). Además es miembro del "Comité de Tecnología en Inteligencia Artificial" de Zurich, e integrante de directorios de varias empresas de inteligencia artificial y robótica. Es cofundador del Centro Nacional de Competencia en Robótica de Suiza y pionero en los campos de la "inteligencia artificial integrada" y la "robótica suave", conceptos que han tenido un impacto decisivo en el desarrollo de la inteligencia artificial y la robótica. Además, es el creador e impulsor de Roboy, el primer humanoide con músculos de la historia.

El cerebro no es todo

 La teoría del especialista es que la próxima generación de robots será "de tipo blando" para interactuar y que la clave será la materialización o corporización. "Queremos lograr un robot autónomo, con capacidades motrices sofisticadas y con buena capacidad de interacción”. A través de gigantografías Pfeifer describió que, si bien hay muchas diferencias entre hombres y computadoras, "los humanos actúan todo el tiempo, con estímulos sensoriales, interactuando con el mundo real. Esos patrones de estimulación sensorial son la materia prima para el cerebro. Es un proceso físico. Pero tiene consecuencias enormes para el sistema informático."

"Estudiar el cerebro no es suficiente”, remarcó ante la total atención de los presentes. El cerebro es importante, por supuesto, pero no es toda la historia. Estamos buscando un enfoque distinto al Pienso - luego existo, de Descartes", desafió el especialista, para preguntarse el nuevo lugar que ocuparía el cerebro o la inteligencia en este proceso. "La metodología es comprender a través de la construcción, como reconocer un rostro en una multitud, por ejemplo", detalló.  Minutos más tarde, mostró un robot caminando muy distinto al ser humano, y otro con un paso más parecido al de una persona."Esto es porque el hombre también tiene un componente pasivo. El cerebro cambia las propiedades materiales del cuerpo y delega o terceriza el andar”, explicó Pfeifer. 

Roboy y la generación que se viene

Quizá uno de los momentos más esperados por los presentes en el Planetario de nuestra ciudad, fue cuando el suizo dio a conocer más detalles de Roboy, un proyecto de robot humanoide en el que Pfeifer trabaja desde hace 3 años. Roboy tiene 48 músculos, puede hablar y reproduce gestos del hombre en sus movimientos. Lo que lo diferencia de sus antecesores es que sus articulaciones no dependen de pequeños motores sino que tiene tendones y músculos artificiales.

Para finalizar, el especialista explicó que trabaja en otro proyecto clave llamdo “Robolounge”, a través del cual se consiguen avances inéditos en simulación del cerebro humano y su funcionamiento, para achicar las diferencias entre la realidad y la ficción. "Que robots se ocupen del bienestar de los huéspedes o usuarios", mencionó para describir el proyecto. 

“La tecnología nos ha superado y muchos no estábamos listos. Este proyecto busca prepararnos para interactuar con ellos (los robots). No estamos tan lejos en el tiempo, es lo que se viene…” fue la frase que retumbó el Bosque platense para una imponente y brillante despedida de una eminencia mundial en robótica e inteligencia artificial.