Se agrietan las casas y los vecinos de 120 harán un piquete

El pavimento de la calle 120 de 34 a 38 y las paredes de los hogares aledaños, están llenas de grietas. Los frentistas de la zona y alrededores realizarán hoy un corte de calles cansados de reclamar en vano

La obra que se está realizando en la avenida 122 está dejando víctimas colaterales y consecuencias en los vecinos durante el lapso de los diez meses que lleva el reacondicionamiento pavimentario. Es que desde su inicio, las personas de la calle 120 sufren a diario, el constante tránsito pesado que convirtió sus vidas en un verdadero calvario. Pozos, casas con grietas y ruidos molestos y tormentosos, son una constante para ellos. 

Los comerciantes y vecinos que viven sobre la 120, entre la 34 y la 38 cuentan que diariamente deben soportar un “infierno” de autos, colectivos y camiones de todos los portes. Convertida en la bajada directa de la autopista, esta calle conecta con diagonal 80 directo al centro de la ciudad y es una ruta más que transitada durante todos los días.

El diario Hoy se pudo contactar con el vecino Sergio Borrego quien dijo que “se están rajando hasta las paredes de las casas”. Además, Borrego aclaró: “En horas pico es imposible. Podés tener hasta 4 cuadras de autos, colectivos, camiones y camionetas esperando para doblar en el semáforo de 38. La calle está preparada para 4 toneladas y pasan camiones de 40, sin ningún tipo de control”, enfatizó resignado. Otra de las quejas, llegó por parte de la vecina Juliana Gómez: “Es imposible vivir así. Yo pinté todo el frente de  mi casa hace pocos meses e hice una inversión muy grande para poder refaccionarla. Hoy tengo todo el frente rajado y nadie se hace cargo”, declaró a este medio la mujer. 

Hoy habrá un corte y protesta

A raíz de esta situación, se realizará en la jornada de hoy, una marcha en la calle 120 y el ingreso a la 32, de 9 a 12. Los vecinos se auto convocaron y ante los reiterados reclamos sin respuestas, tomarán esta medida de fuerza para concientizar y tratar de buscar un efecto en el corto plazo. “Hicimos reclamos varios y nunca tuvimos una respuesta. No queremos perjudicar al ciudadano pero es la única manera de hacernos oír”, declaró Sergio Borrego, habitante del Barrio Hipódromo.