Se cayó el sistema de SUBE y generó fastidio entre los usuarios

Un infierno. Eso fue lo que vivieron los pasajeros de transporte público en La Plata, durante gran parte de la jornada de ayer. Es que desde las 10 de la mañana no funcionó el sistema de carga y generó complicaciones para quienes buscaban utilizar el servicio y llegar a destino

La jornada de ayer no fue fácil para todos los vecinos de la ciudad que se movilizan a través del transporte público. Desde muy temprano, quienes decidieron salir a realizar distintas actividades y su único medio de traslado necesita de la polémica tarjeta SUBE, debieron estar bendecidos por la suerte y tener carga previa para poder tomarse un colectivo o un tren. ¿Por qué? Porque todos aquellos que no poseían dinero acreditado y decidieron acudir a los kioscos y negocios que brindan el servicio de carga, se encontraron con la misma traumática respuesta: “no hay sistema”. 

Desde su existencia, el mecanismo de carga ha sido un calvario para los vecinos de todos los puntos del país, pero sobre todo para el platense. “La situación para cargar siempre fue problemática, porque en muchas ocasiones el sistema se cae y por unas horas y quedás imposibilitado de cargar”, deslizó Manuel de 20 años, en el centro de la ciudad. “En realidad, el problema pasa por el sistema, pero también con los lugares para cargar. No son fáciles de encontrar, no te realizan la carga en cualquier lado y a veces hay que caminar muchísimo para encontrarlo”, acotó otra ciudadana mientras esperaba una respuesta en 51 entre 4 y 5. 

Mientras tanto, desde el  Ministerio de Trasporte de la Nación, conducido por Florencio Randazzo, jamás brindaron una respuesta sobre esta situación. “A mí nadie me devuelve la plata del taxi que me tengo que tomar, después de recorrerme casi toda la ciudad para conseguir cargar la tarjeta”, explicó enojado Manuel. Sin embargo, los usuarios no fueron los únicos perjudicados, ya que un periodista de este medio recorrió más de cinco negocios donde brindan el servicio de carga y los empleados y/o dueños coincidían en que el problema de ayer fue perjudicial para todos, ya que muchos perdieron un ingreso importante al no poder efectuar cargas y además generaban fastidio en distintos clientes habituales ante no poder brindarles respuestas claras sobre el horario que volvería a reactivarse.