Tomate, divino tesoro

Pese a que los productores locales no atraviesan por  su mejor momento, se esfuerzan para organizar la Fiesta del Tomate Platense que se realizará en 66 y 167

Tomatera: planta solanácea anual, de origen sudamericano, con flores amarillas y fruto rojo, en baya, carnoso y comestible. Tomate: fruto de la tomatera. Ambas definiciones están en el Diccionario de la Lengua Española,  que por ahora no incluye al Tomate Platense, ya convertido en un toque de distinción para el paladar y el área agro de la zona, gracias a los sudores, esperanzas y técnicas que se empezaron a ver en los ´70 y que para esta campaña contó con unos 20 productores, los que el domingo serán actores principales de una fiesta familiar que ya lleva doce ediciones.  Son los que, en un mundo tecnológico, prescinden de técnicas de hibridación e insumos que coparon los campos a partir de los ‘90. Ellos viven y hablan otro idioma, que en la previa de una rica ensalada, se lo explicaron a diario Hoy.

Aníbal Tonello (45) se refirió a la época floreciente del sector, cuando no se festejaba, pero se disfrutaban buenas gananacias. “Cuando era chiquito, veía a mis parientes trabajar, era una horticultura de campo. Dependían mucho de las condiciones climáticas, porque podía venir una pedrada en Gorina o Abasto pero no caer nada en Olmos o Etcheverry. Entonces, el tomate mermaba en un lado y aumentaba en otro, y era allí donde se hacía una buena diferencia. Les iba tan bien que podían comprar camiones, sólo con el tomate. Era un caballito de batalla que te hacía evolucionar”.

Ya no se planta tanto, ni deja solidez en los bolsillos. Pero se apuesta como alternativa saludable. Aníbal completa: “Se equilibró todo porque se hace bajo techo, sin riesgos climáticos. Todos plantan más o menos en la misma fecha, y sacan la misma cosecha”. Los frutos,  tan rojos como el color de la sangre, los vende a la vera de la ruta, en 44 y 252.

El producto no va por los canales hortícolas habituales. Expresa concientización y elección cuidada. Una relación casi personal entre productor y consumidor. De hecho,  en la fiesta, se van a poder recoger los tomates en la “Muestra Viva”, uno de los atractivos junto a los stands, el patio de comidas, los artesanos y la música en vivo (el número de fondo será Cachitas Now -cumbia-). También se venderán salsas y mermeladas, y otras verduras zonales.

“Es un fruto muy poco uniforme, por lo cual tiene otras características. En cuanto a las propiedades para el organismo, no tengo una evaluación bioquímica precisa respecto al común, pero seguramente tiene más jugo y es más acido”, aseguró a Hoy el ingeniero agrónomo Juan José Garat (52), que como docentede la cátedra de Extensión Rural, hacia 1999 ideó y luego reunió a los “tomateros”, con apoyo de la UNLP y del INTA.

Se pasó al domingo

La organización cambió la reunión para el domingo, de 10 a 20, en Av. 66 y 167 de Los Hornos. El evento es gratuito y casi un “premio” para estos protectores de la diversidad hortícola, muy poco habituados a los beneficios en su patria campera... 

Una trabajadora “enamorada” 

Susana Parrillo (59) es una de las productoras del singular tomate que este domingo espera por mucha gente que “viene a aprender y a degustar”. Se la verá en un stand que decora siempre con manteles rojos y vivos blancos, “no porque soy de River, sino por nuestro producto”. Explica “a los 12 años empecé de peón rural de tomate. No hay nada como andar entre los yuyos. Hay que cosecharlo con cuidado, porque es sensible, delicado. Es la desventaja que tiene. Una vez sacándolo en condiciones de maduración, dura una semana”, dijo a Hoy con amabilidad mayúscula, cuando en pleno campo atendió el celular.

En estos días, Susana terminó las salsas y los dulces, pero continúa cosechando tomates y plantando lechugas para la próxima cosecha. “No pude plantar acelgas” dice sin problemas la mujer que un día se casó “con uno que tenía una quinta”, para seguir enamorada de esa persona y de sus plantas.

En cuanto a las diferencias con el tomate común, explicó que “el nuestro es algo deforme, pero es tomate-tomate, mientras el otro no tiene jugo, es seco, verde. El secreto está en la semilla. Es el tomate natural, sin mejoras genéticas. La planta es resistente, no necesita agrotóxicos como el otro, pero no voy a decir cuánto le ponen porque sería pecar…”

Todos sus tesoros están en Colonia Urquiza, en 186 entre 460 y 474, en un invernadero de dos plazas, y el resto de hectáreas a cielo abierto. Allí, Susana realiza visitas guiadas. “El micro 215 los deja justo en la puerta” agrega. Y de paso, nos invitó a la Fiesta del Tomate, el domingo desde las 10 en la Estación Experimental de calle 66 y 167, en Los Hornos, donde el colectivo 307 (carteles E y A) llega a destino.