Usurpaciones: vecinos se preparan para ir a la Justicia

Tal cual adelantó este medio hace días, el conflicto por  la usurpación de los terrenos de Melchor Romero, crece y suma capítulos. El diario Hoy se acercó hasta la zona de conflicto ubicada en 526 y 161 y se encontró con una extrema tensión, debido al grado de agresividad de los usurpadores y por la creciente preocupación de los vecinos que viven en el barrio desde hace años. Estos mismos frentistas son quienes manifestaron que se están “moviendo” para “elevar este conflicto legalmente y efectuar una denuncia si es necesario”. 

Más allá de que las familias que irrumpieron en el predio dicen que la persona dueña del terreno les dio el consentimiento, los cuidadores del predio aseguraron que eso jamás ocurrió y que la llegada de las más de 40 familias fue intempestiva y con amenazas. 

El pasado sábado, durante el transcurso de la mañana, un nutrido grupo de personas, comenzó con la quema de pastizales de dicho terreno que hace más de quince años permanecía desocupado. “Llegaron en bicicleta, autos y camionetas el último sábado y desde entonces se apostaron con vigilancia y los vecinos del barrio casi no podemos pasar por ese sector”, le contó a Hoy un vecino que no quiso dar a conocer su nombre por miedo a represalias. 

“El campo se encuentra delimitado y loteado. Es una locura. Nosotros, con muchos vecinos de la zona y nos estamos interiorizando legalmente para denunciarlos ante la justicia. Es injusto que uno trabaje, tenga que conseguir todo con esfuerzo y cualquiera agarra un pedazo de tierra y se queda con algo que no le pertenece”, amplió el hombre, con un grado de indignación importante.  

Según se supo, hoy se definirían los pasos legales que darán los vecinos históticos del barrio. Mientras tanto, las familias que llegaron a pie, en bicicletas y camionetas, continúan con una especia de “loteo” y con “vigilantes” durante las 24 horas, ubicados en montículos de tierra realizados por ellos. En definitiva, asistimos a una clara postal del deterioro social que ha generado la mal llamada década ganada del kirchnerismo en una región que, hasta hace unas décadas, era un faro del trabajo genuino, del progreso y de la cultura.