Verano y sol: el protector no siempre cuida la piel

Los expertos señalan que se usa poca cantidad, no se distribuye en todo el cuerpo ni se renueva con la frecuencia necesaria. La radiación solar y el riesgo del cáncer de piel, cada vez más latente en la sociedad 

Comienza a acercarse fin de año y muchas personas comienzan a recibir los primeros rayos solares en su piel. La moda de “tomar sol” para lucir más tostado y a tono con el verano que llega, se ha tornado más recurrente en la población y se busca mejorar la imagen a través de los efectos solares.  Sin embargo, muchos no saben que la radiación solar es la principal causa de cáncer de piel y envejecimiento cutáneo.

Por eso, los expertos insisten en tomar recaudos y en que la mayor parte de la gente se coloca “poco y mal” los protectores solares. Ponerse bronceador al lado de la pileta no sirve para nada ¿Por qué? La jefa de dermatología del hospital provincial Rodolfo Rossi de La Plata, Lélica Arrozpide explicó que: “por empezar, el bronceador no protege, debemos usar un producto con protección solar factor 30 o más, colocarnos 30 gramos y todas las zonas expuestas media hora antes de exponernos, porque ese es el tiempo que el medicamento necesita para hacer efecto”.

Si bien ya no está de moda “achicharrarse” al sol como lo hacían las jóvenes de los años 80, muchos buscan un tono caribeño a fuerza de aceites, autobronceantes y peligrosos experimentos caseros. Para los expertos del ministerio de Salud de la Provincia nada de eso protege la piel y remarcan que hay que tener en cuenta que el daño solar es acumulativo e irreversible. 

“Es que la piel tiene memoria y la radiación acumulada es irreparable porque penetra hasta el ADN de las células. Con el correr de los años ese daño se manifiesta, primero, con engrosamiento de la piel, manchas que no se van con nada, arrugas tempranas, falta de brillo y elasticidad. En el peor de los casos, será el origen de un cáncer que puede irrumpir a partir de un lunar que cambia o de una pequeña herida que no logra cicatrizar”, explicó a Hoy la dermatóloga Arrozpide. 

Recaudos para evitar problemas

Lo ideal, según los especialistas, sería no tomar sol desde las 10 de la mañana hasta las 16, porque los rayos caen verticalmente, con mayor fuerza y poder nocivo. Pero si de todas formas no podemos evitar exponernos en esas horas calientes, el protector es el mejor aliado siempre y cuando se lo use como corresponde. Muchos se lo colocan solo en la cara, hombros y apenas en el resto del cuerpo. “Hay que tomarse el tiempo para cubrir toda la superficie de la piel con una buena cantidad de protector solar y prestar atención a las orejas, espalda, empeine y al dorso de las manos, que suelen ser las zonas más olvidadas”, agregó Arrozpide.

Por otra parte, todos los protectores requieren renovación cada tres horas. No obstante, si uno transpira, se mete al agua, se pasa una toalla o se quita la remera se lo estará sacando, de modo que habrá que volverse a poner.Pero no todos tenemos el mismo riesgo bajo el sol.

A mayor blancura, más chances de quemaduras, lesiones y, a largo plazo, cáncer. “Hay seis fototipos: el primero es el de peor tolerancia al sol y corresponde a las personas muy blancas, rubias o pelirrojas, con pecas y ojos claros que nunca se broncean sino que se ponen rojos, se queman y ampollan”, explicó la especialista.