Zygmunt Bauman, el fin de una vida en estado líquido

El sociólogo polaco murió ayer en Inglaterra a los 91 años. Con una imponente obra sobre sus espaldas, definió con originalidad la condición social del siglo XX

El sociólogo y filósofo polaco Zygmunt Bauman, creador del concepto de “modernidad líquida” y autor de ensayos como Vida líquida, Amor líquido y Vidas desperdiciadas, entre muchos otros, murió ayer a los 91 años en la localidad de Leeds, al norte de Inglaterra, donde vivía desde hace años.

Nacido en 1925 en el seno de una familia humilde, Bauman desarrolló un lenguaje llano, ameno y despoblado de tecnicismos y conceptos complejos, de una sencilla asimilación. Así, logró acuñar el concepto de “modernidad líquida”, uno de los mayores aciertos de la sociología contemporánea. 

Autor de 57 libros y más de 100 ensayos, Bauman publicó títulos como Trabajo, consumismo y nuevos pobres, La posmodernidad y sus descontentos, La globalización: consecuencias humanas, y Modernidad y Holocausto, entre otras. El mes pasado la editorial Paidós había distribuido en España su última obra, Extraños llamando a la puerta, un libro sobre el impacto en la sociedad occidental de las oleadas migratorias.

Profesor de las universidades de Varsovia y Leeds, el sociólogo recibió en 1992 el Premio Amalfi de Sociología y Ciencias Sociales, y en 1998 el Premio Theodor W. Adorno, otorgado por la ciudad de Frankfurt. Además, en 2010 le fue concedido el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, por su estudio a fondo de “la condición social del hombre posmoderno en un mundo inestable y de valores perecederos”.

Sus ideas

La “modernidad líquida”, planteada por Bauman en sus libros más leídos, se opondría a la modernidad como la conocemos. En ese marco, hoy quedaría atrás la “modernidad sólida”, donde las creencias políticas, religiosas y el mundo de la familia y el trabajo son centrales. Para Bauman, en la actualidad las estructuras sociales son pasajeras y lábiles, y no sirven de marco de referencia para analizar en profundidad los actos humanos.

Con este concepto clave y el desarrollo de una obra en la que se analizan problemas urgentes de la civilización contemporánea, este filósofo se convirtió, desde mediados de los años 90, en una de las voces indispensables de este siglo para comprender las características y devenires del hombre actual.

Hace menos de un año, en abril de 2016, se había generado en la Argentina gran expectativa, ya que Bauman tenía pautada una visita para brindar una conferencia titulada Las raíces del odio en nuestro tiempo. Sin embargo, pocos días antes de que se concretara, el polaco debió cancelarla por “razones de salud”, y la charla no fue reprogramada. Desde entonces, y debido a su edad avanzada, se profundizaron las dudas sobre su estado de salud.

En nuestro país su último título apareció en 2015, y se llamó Ceguera moral. La pérdida de sensibilidad en la modernidad líquida.

Sobre la modernidad y el nuevo esnobismo

Bauman fue gran analista, siempre abocado a temas vinculados con la nueva modernidad y los cambios que ella produjo en la sociedad. 

Según sus propias palabras, “hace aproximadamente treinta años, Bourdieu, el gran sociólogo francés, señaló que el gusto por las artes, por la belleza y demás era un instrumento de la diferenciación de clases. La élite establecía y protegía su superioridad enorgulleciéndose de su exclusivo reconocimiento de tipos de arte sublime. Ahora esto se terminó. La denominada élite cultural contemporánea no se distingue por sus especialidades, sino por su naturaleza omnívora”.

Sobre esta élite, según había apuntado en una de sus últimas entrevistas, destacó que podían “sentirse cómodos en cualquier lado, en todas las culturas, yendo a la ópera, a conciertos pop, a galerías de arte medieval y disfrutando de (la artista plástica) O’Keeffe, o quien sea, y a la vez, sin atarse a ninguno de ellos, siendo capaces de moverse”. Concluyó que el esnobismo actual, “si se aplica a condiciones contemporáneas, consiste precisamente en rechazar la selectividad, ser abierto a todo, considerar que todo es interesante”.

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