Millonario fondos del estado

El Kaos viaja en Aerolíneas Argentinas

Los millonarios fondos destinados por el Estado no se traducen en una óptima calidad del servicio ni cubren el déficit de una empresa que pierde U$S 2 millones por día. Pero frente a la ineficaz gestión de Mariano Recalde y la consecuente indignación ciudadana, el gobierno decidió librarla de multas. El análisis de Franco Rinaldi, autor del libro Aerolíneas Argentinas. 2000 días de pérdidas

Despilfarro, ineficacia y mala gestión, así en la Tierra como en el cielo. “Todo lo que toca el kirchnerismo se convierte en un caos total”, vociferaba uno de los tantos pasajeros varados ayer en el Aeroparque Metropolitano Jorge Newbery, donde alrededor de cien vuelos de Aerolíneas Argentinas (AA) registraron inconvenientes, según estimó Hoy hasta el cierre de esta edición.

Desde temprano, el paisaje mostraba boleterías con la leyenda “No hay sistema”; largas filas de usuarios indignados, entre sus maletas, mirando la pista vacía, esperando respuestas de una empresa que “sistemáticamente trata de ocultar sus problemas, sencillamente porque es inviable que admita su pésima operación y, al mismo tiempo, se propagandee como la mejor”, afirmó, en diálogo con Hoy, Franco Rinaldi, licenciado en ciencias políticas, periodista y  autor del libro Aerolíneas Argentinas. 2000 días de pérdidas.

Hasta bien entrada la noche, quienes querían viajar a Tucumán, Bariloche, Santa Fe, Rosario, Córdoba, Rosario, Jujuy o Mendoza, entre otros destinos, vía AA o Austral, tenían inconvenientes. No así quienes lo hacían a través de su principal competidora, LAN.

¿Por qué AA no puede operar normalmente, como sus competidoras?, quiso saber nuestro diario. “Porque en AA está todo atado con alambres: se programan mal los vuelos; falta profesionalismo, desde sus empleados a su presidente, Mariano Recalde (que cuando asumió en julio de 2009 era un abogado sin experiencia en el sector), todos son militantes de La Cámpora con rentas altísimas (de hasta más de 100 mil pesos); opera con un sistema deficiente y funciona a través de la mentira. Por todo esto, siempre está a punto de colapsar”, sostuvo Rinaldi.

El dinero no es todo

Y sin embargo, el gobierno nacional la tiene entre sus prioridades: según el último informe de la consultora IDESA, en sólo ocho años, la aerolínea de bandera recibió del Estado $ 24.000 millones en concepto de subsidios; más del doble de lo recaudado por el Fondo Fiduciario de Infraestructura Hídrica, pensado para evitar inundaciones, que en 14 años recibió 10.400 millones. Recalde insiste en que esa friolera ayuda estatal es “para inversión”, pero “el dinero se usa sólo para financiar el déficit, porque, desde su estatización, la empresa pierde alrededor de U$S 2 millones por día; 700 millones cada año”, opinó Rinaldi, y agregó que AA es la prueba cabal de que la plata no soluciona los problemas de gestión. La solución es contratar a gente idónea e invertir. Pero si no hay inversión; si sólo se subsidian las pérdidas, si sólo se contrata a militantes K y si no hay más decisión política que mostrar anuncios en Fútbol para Todos, no pueden esperarse buenos resultados”.

AA pierde como una manguera pinchada y apenas puede sostenerse con los parches del Estado (porque hasta los bancos se niegan a prestarle dinero), que banca con dinero de todos los argentinos a una firma que tiene un 30% más del personal necesario, con salarios altísimos; una compañía que prácticamente no tiene aviones propios, sino alquilados o reparados; una empresa hija de una década con reminiscencias menemistas, tan frívola como demencial, en la que ser vedette y pulposa da permiso a la cabina de vuelo. Inagotables escenas de un cambalache K que se acerca a su ocaso.

La historia de nunca acabar

El mes pasado, en pleno receso invernal, por múltiples cancelaciones y reprogramaciones (hubo más de 300 vuelos afectados), subirse a los aviones de Aerolíneas Argentinas resultó imposible. Por esto, más de 35 mil personas resultaron damnificadas.

Entonces, la logística de la compañía hacia los pasajeros fue la misma: no hubo respuestas, ni telefónicas, ni vía internet. Como ayer, muchos de los usuarios se enteraron de las cancelaciones o demoras en el Aeropuerto, donde debieron reprogramar sus planes. Paradójicamente, dos palabras que la gestión Recalde desconoce: Planificación y Programación.

Un premio a la mala gestión

Ante la indignación y la bronca de los usuarios; frente a las infracciones y la baja calidad del servicio, el Estado premia, y premiará a Aerolíneas Argentinas. Porque la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) resolvió que no le cobrará a AA y ni a Austral ninguna multa. Esto es: mientras el resto de las aerolíneas que operan en el país seguirán siendo pasibles de ser multadas y de juicios, las compañías estatales podrán seguir tranquilas en su ineficacia, porque la autoridad de aplicación no les reclamará dinero alguno y suspendió los juicios ejecutivos.
Tal como analizaron fuentes consultadas por Hoy, la ANAC se siente responsable de la mala operación de AA, y por eso le da vía libre para continuar cometiendo infracciones.