Detras de la campaña

Cristina y su egocentrismo al extremo

La ciudad de La Matanza dio marco ayer a la cadena nacional número 43 en lo que va del año de la presidenta Cristina Kirchner, donde mostró como nunca su rasgo personal más característico: el egocentrismo. 

En los más de 20 minutos que hizo uso de la palabra, la Jefa de Estado sólo se promocionó ella misma, y a pesar de hacerlo sentar a Daniel Scioli en el estrado, nunca lo llamó por su nombre y apellido, y sólo hizo referencia al candidato presidencial oficial, calificándolo como “el gobernador bonaerense”, una forma más de destrato de la mandataria hacia el ex motonauta.

Desde la psicología suele decirse que las personas egocéntricas actúan de la manera en que lo hace la presidenta para así no tener en cuenta las consecuencias de sus acciones en los demás. Este desequilibrio emocional, hace que sólo se escuche a sí misma y no tenga más oídos que para su propia voz.

Lo de ayer es una muestra más de hasta qué extremo llega el narcicismo presidencial, que abruma con referencias a ella misma, y que deja en evidencia más que nunca la soledad del poder, uno de los grandes males que ha asolado a los mandatarios desde el regreso de la democracia en 1983. 

Massa a la Parrilli

El candidato presidencial del Frente Renovador (FR), Sergio Massa, parece subir fuertemente en los números de los últimos sondeos de opinión, que lo ubican cerca de Mauricio Macri y en algunos casos hasta en segundo lugar detrás de Daniel Scioli.

Según pudo saber Hoy, la fuerza del exalcalde de Tigre en las últimas semanas en las encuestas, estaría dado por un “envión” que estaría llevando adelante directamente por el titular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Oscar Parrilli, para de esa manera acercar al oficialismo a un triunfo en la primera vuelta electoral.

Los números de Macri cercanos al 30% ponen nerviosos a las mentes K, que por eso estarían dándole una “ayudita” al tigrense a través de los cuestionados servicios de inteligencia, para de esa manera volverlo competitivo en la carrera presidencial y apaciguar un probable crecimiento de Cambiemos que le pinche la fiesta al kirchnerismo el domingo 25.

Pelea de pesos pesados en el PRO

Las rencillas al interior del PRO están a la orden del día. Cuentan que la relación hoy por hoy entre Horacio Rodríguez Larreta, y el jefe de campaña macrista, Marcos Peña, no es la mejor, y en los últimos días se habrían agarrado en una discusión muy dura, con insultos y pases de facturas muy grandes.

A Peña le endilgan el “purismo” extremo y el haber dejado de lado al peronismo en la campaña de Cambiemos, lo que le ha restado votos al frente que encabeza Mauricio Macri. A las recriminaciones de Rodríguez Larreta, se le sumaron las de Diego Santilli, Gabriela Michetti y Cristian Ritondo, que creen que Peña y Jaime Durán Barba le originan más problemas que beneficios al armado opositor. 

Por ahora, Peña se mantiene por el apoyo que le brinda Macri, aunque su posición al interior del PRO no es lo que era y sus enemigos son cada vez más poderosos y con ánimos de no perdonarle una al “cerebro” macrista.

El enemigo de mi enemigo es mi amigo

Las PASO dejaron heridos al interior del kirchnerismo, llevando a gran cantidad de candidatos a tejer alianzas con opositores para que sus rivales internos no comanden a partir de diciembre sus distritos.

Ese es el caso que vive Mariano West en Moreno, que perdió la interna con el camporista Walter Festa, arreglando ayudar políticamente al candidato del PRO, Aníbal Asseff. 

Por su parte, Raúl Othacehé en Merlo, apuesta a que su enemigo interno en el PJ, Gustavo Menéndez no llegue al Ejecutivo local, no dudando en apoyar al macrista Pablo Cocuzza. En idéntica situación se encuentra Darío Giustozzi, quien mantiene una rencilla interna con el candidato del FpV y titular del IPS, Mariano Cascallares, y por eso apoya al macrista Carlos Regazzoni.