Alquileres inflados

Los precios de los inmuebles subieron al mismo ritmo que la inflación. Desde el sector advierten que el sueño de la vivienda propia “murió”. La crisis y la imposibilidad de acceder a créditos hipotecarios, como causas centrales. Críticas al ministro Axel Kicillof

"Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (hoy que las casas antiguas sucumben a la más ventajosa liquidación de sus materiales) guardaba los recuerdos de nuestros bisabuelos, el abuelo paterno, nuestros padres y toda la infancia”.

Como el cuento de Julio Cortázar, Casa tomada, la vivienda familiar, amplia y digna es una ilusión de otra época, un sueño lejano para la Argentina actual.

Hoy, la casa propia es una alucinación imposible, privilegio reservado para unos pocos, para quienes, no obstante, su horizonte ya no está en aquellos hogares de antaño, sino en los pequeños departamentos, más accesibles y seguros, ahora que la inseguridad también determina las mudanzas.

Un mercado que se derrumba
La crisis, la inflación, el debilitamiento del poder adquisitivo, son dificultades que no se solucionan negándolas (como hizo el ministro de Economía, Axel Kicillof, esta semana, cuando se recibió de negador serial y rechazó todas las variables críticas del país), ni con planes parciales que no alcanzan, por ejemplo, a resolver el problema habitacional.

Como parte de este círculo vicioso, “el mercado inmobiliario está en baja. Está plagado de mucha oferta y no hay demanda. El sector se ha empobrecido, los costos de construcción han aumentado, y eso se traduce a los alquileres y las ventas”, explicó a Hoy el integrante de la Cámara Inmobiliaria (CIA), Eduardo Reyes.

En el mismo sentido, el secretario de la Federación Empresaria de La Plata (FELP), el martillero Marcelo Babenco, aseguró a nuestro diario que “el mercado inmobiliario está casi derrumbado; se vende un 30% menos de lo que se vendía hace cinco años, no hay emprendimientos nuevos. Todos estamos esperando al cambio de autoridades, una nueva política, un aire fresco que nos dé un panorama más alentador. Lamentablemente, el mercado va a seguir retraído, al menos, hasta el segundo semestre de 2016”.

La muerte de la casa propia
La imposibilidad de buena parte de la población para acceder a créditos hipotecarios pone a los alquileres como la alternativa más cercana, pero estos aumentan su precio a un ritmo similar al de la inflación, promediando el 30% anual, con el agravante de que el gobierno no prevé que los inquilinos debiten este monto del impuesto a las Ganancias.

En cualquier caso, “el alquiler es un problema de la Argentina, derivado de la dificultad para acceder a los créditos. Pese a la inflación, la gente alquila bajo necesidad, vive en casas en las que por ahí ni siquiera está conforme, pero tiene que alquilarla porque no le queda remedio”, opinó Reyes. “La casa propia murió. Son muy pocos los que pueden acceder y, en esos casos, nosotros les damos un plan de pago, porque sino no tienen forma de llegar”, agregó el referente de la CIA.

“En un país con un déficit habitacional de unas 3 millones de viviendas, los créditos hipotecarios están por encima del 30% anual, con cuotas de 20 mil pesos. Es decir que para poder acceder a un préstamo bancario, una familia tipo tiene que tener unos 70 mil pesos de ingresos en blanco. Resulta imposible”, ilustró Babenco.

La “taradez” de Kicillof
En un país en el que, a duras penas, la mayoría de la población sólo puede permitirse alquilar, durante una entrevista televisiva para el olvido, el miércoles, Kicillof disparó: “Hay que regular desde el Estado el tema de los alquileres. No digo un alguiler máximo, pero lo decía (el cuestionado titular de Aerolíneas Argentinas) Mariano Recalde, si un tipo tiene un inmueble desocupado y no lo ocupa, cobrémosle un impuesto”.

Demostrado está que cada vez que el kirchnerismo pretendió intervenir en un área específica de la economía, logró el efecto contrario al perseguido. “Fue un comentario desafortunado. Siempre que hay una intromisión del Estado, el mercado se retrotrae, los propietarios retiran sus inmuebles, dejan de comprar propiedades para ponerlas en alquiler y, lamentablemente, el más perjudicado es el inquilino”, coincidieron los referentes inmobiliarios consultados por Hoy.

Pero, 24 horas después y luego de remitirse a las pruebas de su gestión, el precandidato a diputado nacional por el Frente para la Victoria (FpV) se arrepintió y negó haber dicho lo que dijo: “Lo quiero desmentir porque es una taradez, no lo dije”.

No fue todo, también afirmó que tampoco le ofreció a un periodista la lista, “uno por uno”, de los nombres de los contribuyentes alcanzados por el impuesto a las Ganancias. “Fue un chiste”, remató.

Lo que dicen los números

Lo dicho por los empresarios inmobiliarios consultados por Hoy coincide con un informe reciente del sitio Reporte Inmobiliario, según el cual la suba de los alquileres promedió el 30% anual.

Por su parte, la Cámara Inmobiliaria (CIA), registró que “los valores de la oferta en alquiler mostraron un incremento de 1,2% frente al mes anterior, acumulando una suba del 26,6% respecto del año pasado”. “Como un precio más de la economía en tiempos de inflación, en junio de 2015 los valores de la oferta en alquiler continuaron en alza, registrando una suba mensual de 1,2%”, concluyó el relevamiento.

Los reclamos de los inquilinos

En una economía inflacionaria -y dolarizada- como la actual, las mayores quejas de los inquilinos se manifiestan “a la hora de renovar los contratos, con respecto a los aumentos de entre el 25 y 30% anual, que, a veces, también suelen ser semestrales”, precisó a Hoy el presidente de la Unión Argentina de Inquilinos (UAI), Dr. Ricardo Botana.

Además, el titular de la UAI agregó que otros reclamos tienen que ver “con que el locador se haga cargo de los arreglos del inmueble; o con los excesivos y engorrosos requisitos que pueden ser un obstáculo al momento de alquilar”.