Aumento del 50% para la empresa que dejó la ciudad hecha una mugre

En lugar de rescindirle el contrato, desde la comuna platense planean ampliar la concesión y otorgarle un aumento sideral de recursos a la firma que se encarga de la recolección  de residuos. Esta empresa ya recauda más de un millón de pesos por día

Increíble, pero real. Sólo basta con recorrer las calles de la ciudad para darse cuenta de que la mayoría de los barrios de La Plata se encuentran colapsados por la basura acumulada, que prácticamente no se recoge. ¿Cuál es la respuesta de las autoridades comunales, que fueron electas por el soberano para emprender el cambio? Insólitamente, en lugar de sancionar o rescindirle el contrato a la empresa que se encarga de la recolección, le otorgarían un escandaloso beneficio millonario. 

Concretamente, la sociedad Transporte Nueve Julio SA, camuflada desde la década pasada como Esur SA, que se encarga del servicio desde la época del gobierno de facto, recibiría un aumento del 50% en los fondos que mensualmente le gira la comuna. Con esa actualización tarifaria dispuesta por la conducción municipal, Esur SA pasará de recaudar $1,05 millones por día a $1,57 millones. 

Concretamente, según reconocen desde el municipio, la empresa pasará de recibir $32 millones por mes a más de $48 millones ($578 millones al año), constituyendo así el contrato más oneroso de la comuna. La excusa que ponen las autoridades municipales es que, supuestamente, Esur SA pasaría a hacerse cargo del trabajo de limpieza y recolección de residuos no habituales que actualmente es realizado por distintas cooperativas. Entonces, la pregunta que comenzaron a realizarse en distintos sectores es la siguiente: ¿Qué se hará con el ejército de 4 mil cooperativistas que se encuentran inscriptos en los registros oficiales, cuyos sueldos son pagados por la comuna?, ¿se convertirán en ñoquis de la política o en mano de obra barata de punteros políticos barriales y comunales, cuando el soberano votó contra este tipo de prácticas?

Seguir la historia del oscuro negocio de la recolección de residuos en La Plata permite exponer algunos de los aspectos de lo peor de la política local, cuyas consecuencias terminan impactando en la ciudadanía que actualmente debe padecer los riesgos que implica vivir entre la basura acumulada. Y todo lo que ello implica ante la posible proliferación de enfermedades infecciosas.

Los vínculos del municipio con la Nueva de Julio se remontan a la época de la dictadura militar, cuando el intendente era Abel Román. En aquel entonces se firmó un contrato por 20 años, lo que le permitió a la empresa mantener el negocio durante los gobiernos radicales encabezados por Juan Carlos Albertí y Pablo Pinto, y las primeras dos gestiones del justicialista Julio Alak. Durante el gobierno de este último se ideó una polémica licitación, que en su momento cosechó numerosas denuncias ante las sospechas de que habría estado digitada para que el negocio siguiera en las mismas manos. Así fue como la Nueve de Julio hizo una unión transitoria de empresas con la ignota firma Brothers in law, manteniendo la concesión por otros 10 años. Posteriormente, Pablo Bruera la prorrogó, sin hacer un llamado a licitación y haciendo uso de un vericueto establecido en el contrato. Y ahora la gestión de Julio Garro le puso la frutilla del postre con un aumento sideral del presupuesto asignado que, según pudo saber Hoy, se aplicaría de forma directa a través de una “ampliación provisoria”, sin pasar siquiera por el Concejo Deliberante.

Desde hace décadas, el negocio de la basura en La Plata está sospechado de ser una caja negra de la política. Por eso, los distintos gobiernos locales evitaron avanzar hacia la municipalización del servicio ya que ello hubiese implicado ponerle punto final a las cajas políticas que se conforman con las llamadas “comisiones” que se suelen pagar por contratos de tamaña envergadura.  Cabe destacar, en ese sentido, que distritos como Berisso y Ensenada tiene un servicio municipal de recolección. Lo mismo sucede en Quilmes donde se decidió no renovarle el contrato a la empresa Covelia, posibilitando un ahorro del 30% de los costos de recolección.

En definitiva, en La Plata el negocio de la basura huele cada vez más feo.

El dueño oculto de Esur

Si bien desde lo meramente formal, el directorio de empresa de recolección de residuos Esur SA aparece Ricardo Alberto Molina como presidente y Gabriel José Suarez como vice, los hilos de la compañía serían manejados, desde la sombras, por un empresario español de 72 años llamado Honorato Lorenzo Caamaño Vázquez, a quien en ambientes políticos y empresarios se lo suele mencionar con el sobrenombre “El Gato”.

Caamaño Vázquez tendría como principal socio al contador Héctor Enrique Márquez, también vinculado a la empresa Nueve de Julio y con antecedentes penales en la provincia de Tucumán ya que llegó a estar procesado por la contaminación de un río con residuos tóxicos y patológicos.