Berisso: un candidato randazzista en la mira

Se trata de Juan Ignacio Mincarelli. Punteros políticos nombrados en el Ministerio del Interior y una polémica defensa de la entrega realizada por el gobierno menemista

Juan Ignacio Mincarelli se autodefine como “un pollo” del ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, y no duda en hacer pública su obsecuencia cada vez que puede. No es para menos: es funcionario de la cartera política, y ello le permite estar de los dos lados del mostrador. Al igual que su jefe que es precandidato a presidente, Mincarelli se postula a un cargo electivo en Berisso siendo a la vez parte de un ministerio que debería encargarse controlar y garantizar la transparencia electoral.  Es decir, quien debería ser controlado, gracias a las alquimias del kirchnerismo, se convierte en controlador.

Por estos días, el randazzista precandidato a intendente de Berisso está negociando con el cuestionado intendente Enrique Slezack un armado de unidad, ante la posibilidad cierta de que el oficialismo sufra una dura derrota en las próximas elecciones.

Asimismo, fuentes consultadas por Hoy afirman que existen decenas de militantes rentados en Berisso que tienen contratos en el Ministerio del Interior, cuya función radica en trabajar como punteros de Mincarelli en la Capital del Inmigrante. “Realmente todos estos ñoquis que rodean a Mincarelli no se sabe de qué trabajan. Es más, existen sospechas de que algunos de ellos reportan a la ex SIDE”, explicaron a Hoy distintas fuentes, que pidieron reserva de identidad para evitar sufrir represalias. Y también alertaron sobre los fraudes que podrían registrarse en caso de que la ciudadanía masivamente decida darle la espalda al krchnerismo, como sucedió en los comicios de 2013. Recordemos que las listas de Mincarelli y Slezack ocuparon el tercer y cuarto lugar respectivamente.

El actual intendente y el funcionario del Ministerio del Interior tienen un pasado en común: Mincarelli fue su secretario de Gobierno y, además, encabezó la lista de concejales del oficialismo en el año 2007.

Por otra parte, un aspecto de su pasado que busca ocultar Mincarelli es que fue un férreo defensor de Carlos Menem en Berisso, en cuya presidencia la Capital del Inmigrante sufrió la peor crisis de su historia con miles de trabajadores que quedaron en la calle por la privatización de las empresas del Estado y por el proceso de desindustrialización que se vivió en el país.   Concretamente, en una columna de opinión que escribió en el año 1999, pocos meses antes de que finalice el mandato de Menem, Mincarelli sostuvo: “La Argentina llevó a cabo un proceso de desarrollo económico con un lógico costo social. El justicialismo fue el encargado de llevar adelante esta etapa tan necesaria y difícil para nuestro país”. Quizás Mincarelli debería explicar por qué fue “necesario” que miles de berissenses a los que ahora le pide el voto, que se ganaban la vida como trabajadores calificados en YPF, en Gas del Estado u otras empresas que formaban parte del patrimonio nacional, no tuvieran otra alternativa que dilapidar sus recursos manejando un taxi, atendiendo una pizzería o vendiendo golosinas en un kiosco.