Bomba de tiempo: el crecimiento del gasto público es el más alto del mundo

Según un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), se incrementó en 15 puntos porcentuales la incidencia sobre el PBI entre 2006 y 2013. Aseguran que “el Estado absorbe prácticamente la mitad del ingreso nacional”

La crítica situación financiera que atraviesa el país en el extranjero (definida como “la batalla de los fondos buitres”) se trasladó también al ámbito local, en donde la gestión K continúa vaciando las arcas nacionales sin límite alguno. Un círculo vicioso que afecta, sin lugar a dudas, a la mayoría de las economías familiares. En este marco, el informe presentado horas atrás por el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA) fue claro y preciso: el crecimiento del gasto público en la Argentina ya es el más alto del mundo.

Según el documento, “el gasto público total (nación, provincias y municipios) de Argentina pasó de 31% a 46% del PBI, o sea se incrementó en 15 puntos porcentuales del PBI”, siendo que las subas de ese apartado en el total de los países de Latinoamérica y de los países avanzados fue de 5% y 3%, respectivamente.
  
Además, y de acuerdo a lo explicado en el material de IDESA, “entre los 60 países avanzados y emergentes cubiertos por el análisis del FMI ninguno registra un crecimiento del gasto público tan exorbitante como el observado en la Argentina”, algo realmente preocupante para los gobiernos futuros, que deberán lidiar con la pesada herencia del kirchnerismo.

Entre paradojas y parches de último momento

Otro dato llamativo que señala el informe es que, en la Argentina, se llegó a tal punto que “el Estado absorbe prácticamente la mitad del ingreso nacional, situación solo observada en un reducido grupo de países de muy alto desarrollo como Finlandia (58%), Dinamarca (55%), Francia (53%), Bélgica (52%), Austria (51%), Suecia (50%) y Holanda (48%)”.

Sin embargo, lo paradójico es que estas naciones, en su totalidad, prestan servicios de excelencia en lo que respecta a las áreas más sensibles de la sociedad, como la educación, la salud, el transporte, la policía o la justicia, entre otros. Todo lo contrario a lo que ocurre por estas latitudes, en donde el Estado, sobrepasado y cargado de deudas, apuesta a una férrea presión tributaria sobre los trabajadores para no brindar mejoras de calidad en los servicios públicos.

Del mismo modo, las críticas apuntaron al gobierno y, más precisamente, a las improvisadas medidas de último momento, que buscan ponerle coto a la caótica situación económica que se vive día tras día: “Como la recaudación récord de impuestos no alcanza para financiar el impresionante crecimiento del gasto público, se cae entonces en la emisión monetaria, la inflación, la inestabilidad cambiaria y el creciente endeudamiento”, insistieron los especialistas en su análisis.