Borrando las pruebas del delito

El gobierno kirchnerista suprimió información clave que compromete a Lázaro Báez en la ruta del dinero K. Cuentas bancarias y transacciones millonarias, en el ojo de la Justicia

La causa de la ruta del dinero K suma nuevas pruebas que comprometen cada día más a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y al empresario más beneficiado por la llamada década ganada, Lázaro Báez. El estudio de abogados que defendía a la Argentina en el juicio de los holdouts informó a la Procuración del Tesoro sobre cuentas bancarias y transacciones millonarias, vinculadas al dueño de Austral Construcciones, que fueron borradas de los discos rígidos por funcionarios kirchneristas antes de abandonar el gobierno.

Los primeros datos surgen en octubre de 2013 como consecuencia de una acción judicial que inició el fondo buitre NML de Paul Singer para buscar información sobre las cuentas del presunto testaferro de la familia Kirchner y el Estado Argentino. A partir de esta investigación se constató que mails y documentos enviados por el estudio que defendía a la Argentina fueron ocultados y borrados, e incluso se confirmó la desaparición de discos rígidos que complicarían aún más la situación de Báez y de allegados al exgobierno kirchnerista, como Ernesto Clarens, el primer financista de Báez y de Néstor Kirchner. Clarens, además, formó parte de la constitución de Credisol que en los años 90, durante la gobernación de Kirchner en Santa Cruz, era la única firma autorizada para la entrega de créditos a empleados públicos de la provincia patagónica. 

La principal señalada por este escándalo es la exprocuradora Angelina Abbona, funcionaria cercana a Carlos Zannini, excandidato a vicepresidente de la nación y exsecretario legal y técnico. La exfuncionaria tuvo que devolver el disco rígido de su computadora a la nueva administración y dijo que sólo se lo había llevado para realizar una copia de los archivos. 

Abbona, además, supo desempeñarse en Santa Cruz como asesora legal del Ministerio de Economía y Obras Públicas, donde poco tiempo después desembarcaría Julio de Vido y su mano derecha José López, quien fue secretario de Obras Públicas y Urbanismo de la Municipalidad de Río Gallegos. 

Tanto Abbona como el subprocurador, Horacio Diez, fueron avisados sobre lo que estaba ocurriendo y la información que estaba produciendo la acción judicial presentada por NML. En 2013 se confirmó la búsqueda de 123 sociedades creadas en el estado norteamericano de Nevada, supuestamente vinculadas al empresario K. 

En octubre de 2014, Abbona y Diez recibieron un mail clave con información producida por dos bancos estadounidenses que aportaban un CD con 66 carpetas sobre transferencias de Báez, Clarens y Fabián Rossi, el exempleado de La Rosadita. Allí se hablaba de un total de 1.336 transacciones, realizadas entre 2006 y 2014, por un monto aproximado de 408 millones de dólares. Por otro lado, se informaba sobre transacciones de Federico Elaskar, exdueño de la financiera SGI vinculado a la causa de la ruta del dinero K, y documentos presentados para abrir una cuenta en una de las instituciones bancarias. 

El actual titular de la Procuración del Tesoro, Carlos Balbín, envió al juez federal Sebastián Casanello los mails que prueban que el kirchnerismo ocultó información sobre las cuentas de Báez en Estados Unidos. Organismos oficiales como la Unidad de Información Financiera (UIF) y el Ministerio de Haciendas y Finanzas Públicas ya intervinieron, pero ningún funcionario de la Procuración del Tesoro ha emitido comentario al respecto. 

Sobreprecios en obras públicas y evasión fiscal

En tan solo cinco años, desde el 2008 al 2013, la familia Báez aumentó su fortuna 1.200 % y sumó 79 propiedades y bienes por 61,4 millones, según las propias declaraciones patrimoniales del empresario. El fiscal federal, Guillermo 

Marijuan, afirmó que tanto el empresario K como sus familiares tienen más bienes que los que declararon y que gran parte de ello podría tener su origen en el sobreprecio de obras públicas, el fraude fiscal y otras fuentes delictivas. 

El 24 de junio, la Unidad de Información Financiera pidió la detención de los cuatro hijos de Báez tras detectar cuentas no declaradas en el exterior, de las cuales ellos son beneficiarios, y tienen, además, operaciones por más de 25 millones de dólares. Por su parte, el juez federal 

Sebastián Casanello los citó a declaración indagatoria, solicitó la inhibición total de bienes y el allanamiento de las viviendas particulares de cada uno de los herederos de Báez. 

Desde que comenzó la investigación, la justicia allanó más de 160 propiedades y cree que la fortuna cosechada a lo largo de  los últimos 12 años asciende a más de 120 millones de dólares. El mayor beneficiario de la obra pública de la provincia de Santa Cruz (durante el kirchnerismo recibió cerca del 80% de las edificaciones) y su hijo mayor, Martín, ya tienen dos embargos que suman 900 millones.

El hotel fantasma

En julio de 2010, Báez realizó una insólita maniobra: hizo un convenio entre dos de sus empresas constructoras para gestionar un complejo con un hotel de alta gama que hoy es una obra sin terminar. El enorme edificio fue una de las propiedades que el fiscal Marijuan ordenó allanar en El Calafate, pero durante ese operativo solo se encontró con un edificio vacío, habitaciones a medio construir y un predio cerrado hace años. 

El contrato lleva las firmas de Báez como presidente de Badial SA y de Julio Mendoza como titular de Austral Construcciones. Poco se sabe sobre la primera de las empresas, la cual está sospechada y siendo investigada por lavado de dinero. A través de ella, Báez asumía la propiedad del predio sin terminar (según consta hasta ese momento la obra solo estaba avanzada en un 20%) y contrataba a Austral para que terminara el edificio en dos años y asumiera la gerencia por otros 15. 

La empresa debía presentar un proyecto con información edilicia, como el diseño del predio y el número final de habitaciones, y gestionar cuestiones administrativas y operativas frente a los organismos. Además, se haría cargo del desarrollo de la marca, la elección de los nombres de fantasía y logos del hotel y el diseño de los planes de marketing a corto y largo plazo. Sin embargo, seis años después, el edificio es solo un hotel fantasma.