Múltiples casos de nepotismo

Cambiemos, el gobierno de los favores políticos

A pesar de su prédica a favor de la transparencia, distintos funcionarios nacionales han caído en la vieja práctica del nepotismo, ubicando a familiares y parientes en lugares claves del Estado. Una vuelta a la “mala praxis política”

"No hay nada más lindo que la familia unida”, entonaba una frase que quedó inmortalizada en el famoso programa televisivo de los años 60, Los Campanelli. Hoy, el nepotismo, es decir, la tendencia de los gobernantes de turno a imponer en cargos de alta jerarquía política a parientes y familiares, sin tener en cuenta la competencia de los mismos para la labor, sigue estando a la orden del día.

La “gran casa familiar” en la que se convirtió el Estado durante los doce años del gobierno kirchnerista, con una expansión del nepotismo pocas veces antes vista en la historia nacional, parece no haberse quedado solo en el clan Kirchner, sino que el gobierno de Cambiemos también sigue ese camino, ubicando a sus parientes en puestos bien rentados en el escenario de la administración nacional.

Muy lejos parecen haber quedado las promesas electoralistas que hablaban de generar un espíritu de cambio en la función pública, donde el mérito y las capacidades iban a ganar terreno sobre las lealtades o alianzas políticas a la hora de ocupar cargos públicos, Hoy, la imagen habitual en los despachos oficiales es la de personas ligadas por un vínculo familiar a los principales nombres del gobierno macrista.

 Cargos al por mayor

Si bien en público el PRO presentó por medio del diputado Lucas Incicco un proyecto de ley para evitar que los familiares de funcionarios accedan a cargos públicos, la realidad muestra que muy pocos han escuchado esta petición.

Una de las personas más cercanas al Presidente Mauricio Macri, como lo es el jefe de Gabinete, Marcos Peña, nombró a su padre Félix como asesor suyo en el Gobierno, a la vez que su hermano Andrés figura como subsecretario de Desarrollo Institucional Productivo del Ministerio de Producción que conduce Francisco Cabrera.

El radical Oscar Aguad, ministro de Comunicaciones, nombró a su yerno Rodrigo de Loredo como presidente de Arsat, a pesar de no tener ninguna formación en materia de telecomunicaciones. 

Por su parte, la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, puso a su prima Cecilia como jefa de Gabinete de Asesores del área que ella comanda.

Por su parte, la persona que fue la encargada de anunciar un ajuste en la cantidad de empleados en el área pública, el ministro de Modernización Andrés Ibarra, colocó a su mujer Carla Piccolomini como directora de Relaciones Institucionales de Radio y Televisión Argentina, puesto por el cual cobra más de 120.000 pesos mensuales.

En idéntica situación se encuentra el ministro de Cultura Pablo Avellutto, quien proclamó a su pareja Carolina Azzi como coordinadora en el ministerio que él conduce, aunque ante el escándalo mediático que suscitó la medida, debió dar marcha atrás con dicho nombramiento.

Quien también había caído en prácticas nepotistas fue el exministro de Hacienda y Finanzas Alfonso Prat Gay, quien nombró a su primo Juan Alfonso como director en la Unidad de Coordinación de Fideicomisos de Infraestructura de la cartera que él mismo conducía.

Un Congreso rodeado de parientes

En medio del escándalo to­davía vigente por el robo a su departamento el mismo día en que Cambiemos le ganaba el balotaje a Daniel Scioli, la vicepresidenta Gabriela Michetti tampoco se ha resistido a la tentación de nombrar parientes en el Senado nacional.

María Alejandra Illia, prima de la número dos del Gobierno nacional, subió misteriosamente dos categorías en la Cámara alta y pasó a un cargo por el que cobra 70.000 pesos mensuales. 

A su vez, Carlos Tonelli, hermano de la pareja de Michetti, Juan Tonelli, detenta un puesto de alto nivel dentro de la AFI (Agencia Federal de Inteligencia) con un sueldo superior a los 100.000 pesos por mes.

Enrique Pinedo, hermano del presidente provisional del Senado de la Nación, Federico Pinedo, es director general de Relaciones Institucionales de esa dependencia, todo gracias a la labor cumplida por el efímero presidente.

Nombramientos polémicos

La larga lista de funcionarios que han nombrado familiares o amigos en la función pública está conformada también por el ministro de Agroindustria Ricardo Buryaile, quien nombró a su primo Amadeo Nicora como presidente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

Además se suma a la nómina Federico Sturzenegger, el presidente del Banco Central, con el nombramiento de su esposa María Josefina Roulliet como asesora en el Fondo Nacional de las Artes.

El destituido y vuelto a nombrar titular de la Aduana, Juan José Gómez Centurión, no queda afuera, ya que nombró a Juan José hijo en la Municipalidad de Tres de Febrero, y a su hijo José Rafael en la Anses, cobrando sueldos superiores a los 60.000 pesos mensuales.

Lucas y Matías Cimadevilla, hijo y sobrino de Mario Cimadevilla, titular de la Unidad AMIA, por su parte, figuran como empleados de diferentes senadores nacionales de la UCR. Lo mismo sucede con el embajador argentino en los Estados Unidos, Martín Lousteau, quien nombró a su primo Guillermo Laje con un puesto de alto rango dentro de la sede diplomática nacional en el país del norte: representante especial para la Promoción Comercial en Norteamérica.

Otra funcionaria que figura dentro de esta vorágine de poner amigos y parientes en distintos cargos del Estado es la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, quien nombró a su hijo Francisco Langieri en un cargo de alta distinción dentro del Ministerio de Modernización con un salario superior a los 70.000 pesos mensuales. 

Por su parte, el primo de Bullrich, Pedro Cernadas, fue designado con un puesto de alta relevancia dentro de la Anses, y la cuñada de la ministra, Ana Gazcón Aráoz, fue nombrada en el gobierno de la ciudad de Buenos Aires por parte de Horacio Rodríguez Larreta.

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