Cimbronazo internacional complica a la Argentina

El desplome de la Bolsa china y la devaluación del real afecta a dos de los principales socios comerciales del país, cuya dependencia primaria exportadora evidencia la falta de una política consistente capaz de hacer frente a los avatares del comercio exterior

Cuando una política económica como la ejecutada por el ministro Axel Kicillof carece de bases sólidas, sin un plan consistente detrás, y se apoya sobre cimientos de paja, cualquier viento, por débil que sea, la derriba.

Peor aún, si a un país en recesión, estancado, con el frente  comercial y fiscal muy deteriorados, con industrias y economías regionales trabajando a pérdida, con una inflación que supera el 30%, con el poder adquisitivo de los trabajadores herido de muerte y el peso argentino devaluado, se le suman los avatares de la política macroeconómica, la situación se torna altamente preocupante.

Y los coletazos ocurridos ayer en dos polos opuestos del mundo, como Brasil y China, afectan directamente a la dependiente economía nacional. Por un lado, la Bolsa de Shanghái se desplomó un 8,5%, agravando la crisis en la segunda potencia mundial, gran prestamista de la Argentina y principal comprador de commodities.

Por otro lado, el real alcanzó su nivel más bajo en 12 años, al elevar el tipo de cambio hasta 3,36 unidades por dólar, lo que implica una devaluación del 20,73% en lo que va del año. Al abaratarse el real y encarecerse el peso por efecto del atraso cambiario, los productos argentinos se muestran menos atractivos para los importadores brasileños.

En este sentido, el Profesor de la Universidad Nacional de Rosario y de la UBA, Julio Gambina, precisó a Hoy que “estas crisis impactan de lleno en la Argentina, porque estamos hablando de dos de los principales socios comerciales del país. En el caso de Brasil, se achica la capacidad de venta y producción de automotores en un 50%, dando como resultado un proceso de recesión industrial. En cuanto a China, hay que tener en cuenta que es nuestro principal sostén financiero” a traves de los swap.

Para el economista, “la Argentina tiene una necesidad urgente de divisas, porque asistimos a un deterioro preocupante del superávit comercial y fiscal, que se agrava si pensamos que la venta de dólares a los pequeños ahorristas llega a los U$S 600 millones, lo que representa la mitad del superávit comercial de todo un semestre”.

Porque entre enero y julio, el país alcanzó los U$S 1231,4 millones de superávit comercial, el peor registro desde 2001. Esa vía es el principal canal genuino de ingreso de divisas al país y se reducirá, por ejemplo, si la tendencia devaluatoria continúa en Brasil, en una estrategia por favorecer el ingreso de divisas que le dio resultados al país vecino, que en el primer semestre del año alcanzó un superávit de 2222 millones.

En Argentina, “el país está preso de su modelo productivo primario exportador; depende de la importación de insumos y autopartes para su producción industrial y su modelo está atado a grandes compradores como Brasil o China. Necesitamos una política económica que reestructure el patrón productivo y distributivo, con cambios estructurales y de fondo”, aseguró Gambina.

Con un superávit comercial deteriorado; escasa inversión extranjera; endeudamiento a tasas usurarias y la falta de un plan coherente, los manotazos económicos del kirchnerismo llegan al ridículo con tal de hacerse de divisas.

Aunque ello implique profundizar la entrega del país: ocurre con la petrolera Chevrón en Neuquén y se repite con los acuerdos con China, que está construyendo una base militar en la Patagonia y tiene facultades para demandar a la Argentina en Londres.  Cabe preguntarse, entonces, qué sucederá cuando, por el propio peso de la economía mundial, los socios actuales le terminen por soltar la mano a un país que, al cabo de la larga década K, le falta autonomía para caminar solo.

Nueva escalada del dólar blue

Ayer, el dólar blue subió 16 centavos, a $14,65, en una jornada en la que el gobierno fracasó en su intento por incentivar el ahorro en pesos, a través de una suba del piso de las tasas de los plazos fijos promovida por el Banco Central que no alcanzó para quitar presión a los pequeños ahorristas que temen por una posible devaluación.

El aumento de los intereses osciló entre 1 y 2,1 puntos. “Pero es una falta de respeto y una medida inconsistente pretender controlar el tipo de cambio subiendo un punto la tasa de interés, con una inflación del 30%”, señaló a Hoy el economista y especialista en mercados internacionales Luis Palma Cané.

“La política económica tendría que modificar este sistema perverso de control de cambios, mientras que por el otro lado sigue emitiendo con una inflación del 30%, en una ecuación totalmente incoherente”, opinó Palma Cané, y alertó que “mientras esto siga así, la situación va a empeorar”.

Ante estas inconsistencias del gobierno, en un escenario recesivo e inflacionario, los especialistas consultados por este diario ven como “única solución” el desarrollo de un plan integral de estabilidad que contemple todas las variables: “cambiaria, fiscal, monetaria y laboral”.